He llorado por dentro leyendo cosas tan admirables

junio 30, 2013
Cardenal Mons. Amigo Vallejo

Cardenal Carlos Amigo Vallejo

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El cardenal español, Carlos Amigo comenta las palabras y la gestualidad del papa Francisco

H. Sergio Mora/Zenit.org
Roma, 28 de junio de 2013



El cardenal arzobispo emérito de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, Ofm, estuvo ayer en esta ciudad en la presentación de tres libros del papa Francisco: “Solo el amor nos puede salvar”; “Os pido que recéis por mí”; “No os dejéis robar la esperanza”, editados por Romana Editorial con la Librería Editora Vaticana.

Al concluir la presentación, el momento era propicio para preguntarle a su eminencia sobre el papa Francisco, sus palabras y por qué atrae tanto a la gente, respuestas que les proponemos a continuación en la entrevista que le concedió a ZENIT.

¿Por qué este papa atrae tanto a la gente particularmente a los de nuestros pueblos?

— Cardenal Amigo: Tenemos un papa latinoamericano y tanto los latinos como los latinoamericanos necesitamos también del sentimiento. Necesitamos de la cabeza, del intelecto de la razón, pero nuestra cultura está también llena de sentimiento.

Entonces el santo padre Francisco, es fiel a sí mismo, habla con el lenguaje llano, de la gente de los barrios porteños o de la gente que puede encontrarse en cualquier rincón del mundo. Habla de los consejos que le daba su abuela y dice los refranes de su propio país y la gente ahora entiende muy bien todo esto.

Se habrán fijado ustedes que se expresa de forma muy llana, pero con ideas que tienen una profundidad enorme, en cuanto el papa sabe que es maestro de la fe. Por ejemplo cuando habla del perdón, habla con palabras de ternura, habla de la misericordia y del amor de Jesucristo, pero también de la responsabilidad de ser fieles a lo que hemos prometido en el bautismo.

Se sabe que el papa Francisco quiere una reforma de la Curia, pero parece que sus palabras ya están cambiando muchas cosas.

— Cardenal Amigo: Yo creo que más que reforma, se trata de una renovación, y una renovación más que hacer cosas nuevas significa quitar todo aquel óxido que haya podido poner el pecado o la negligencia de las personas. Aquí no se trata de hacer cosas nuevas sino de ser auténticamente fieles a lo que es la esencia del fiel cristiano.

Algunos piensan que la renovación va a ser para hacer nuevas cosas o algo de esto. En cambio la renovación va a ayudarnos a limpiarnos un poco, para que en nuestra cara resplandezca el rostro de Jesucristo, porque esto es ser cristiano.

Su simplicidad es muy evangélica ¿verdad?

— Cardenal Amigo: Es una simplicidad de gestos y también de palabras. Pero además es la simplicidad del misterio. El misterio entendido no como algo oculto, no como un arcano, una especie de muro que está en la cabeza de él, sino que el misterio es una cosa grande, admirable, sublime, llena de luz, y el papa nos va introduciendo en ese misterio, como quien no quiere las cosas, nos va metiendo en el corazón de Dios

Hay tanta gente que se ha acercado o vuelto a la Iglesia ¿es solamente por su lenguaje?

Está también la sacramentalidad de los gestos. Como los sacramentales, el agua bendita, pues bueno, puede parecer que es un poco de agua que se pone uno en los dedos y uno se santigua. En cambio esto te acerca, te convierte el corazón. Te introducen en un espacio nuevo, y estos son los gestos. No se queda uno en los gestos sino que le convierten el corazón.

Viendo lo que hace el papa uno siente incluso un llamado de conciencia, yo tengo que cambiar, él nos está diciendo dónde está el camino, dónde está la verdad.

¿Incluso lo siente un cardenal?

Pues, lo siento y mucho, y cuando leyeron en la presentación de estos libros algunas de las páginas del papa Francisco, uno debería leerlas de rodillas, y en más de una ocasión no digo que se salgan las lágrimas pero llorar por dentro, pues sí, muchas veces he llorado por dentro leyendo cosas tan admirables, especialmente estas homilías en Santa Marta.

A veces nos preocupamos porque la Iglesia hace muchas obras de caridad y la gente a veces no se da cuenta de ello. Bueno al papa no le interesa mucho esto, sino la fidelidad al mensaje del Evangelio.


El maná de cada día, 30.6.13

junio 29, 2013

Domingo XIII del Tiempo Ordinario, Ciclo C

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Arar sin mirar hacia atrás

Arar sin mirar hacia atrás



Antífona de entrada: Sal. 46,2

Que todos los pueblos aplaudan y canten a Dios con alegría.



Oración colecta

Padre de bondad, que por la gracia de la adopción quisiste que seamos hijos de la luz; concédenos que no seamos envueltos en las tinieblas del error, sino que permanezcamos siempre en el esplendor de la verdad. Por nuestro Señor Jesucristo.



PRIMERA LECTURA: 1 Reyes 19, 16b. 19-21

En aquellos días, el Señor dijo a Elías: —«Unge profeta sucesor tuyo a Eliseo, hijo de Safat, de Prado Bailén.»

Elías se marchó y encontró a Eliseo, hijo de Safat, arando con doce yuntas en fila, él con la última. Elías pasó a su lado y le echó encima el manto.

Entonces Eliseo, dejando los bueyes, corrió tras Elías y le pidió:
—«Déjame decir adiós a mis padres; luego vuelvo y te sigo.» Elías le dijo:
—«Ve y vuelve; ¿quién te lo impide?»

Eliseo dio la vuelta, cogió la yunta de bueyes y los ofreció en sacrificio; hizo fuego con aperos, asó la carne y ofreció de comer a su gente; luego se levantó, marchó tras Elías y se puso a su servicio.


SALMO 15, 1-2a y 5. 7-8. 9-10. 11

Tú, Señor, eres el lote de mi heredad.

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.» El Señor es el lote de mi heredad y mi copa; mi suerte está en tu mano.

Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré.

Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas, y mi carne descansa serena. Porque no me entregarás a la muerte, ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.

Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha.


SEGUNDA LECTURA: Gálatas 5, 1. 13-18

Hermanos:

Para vivir en libertad, Cristo nos ha liberado.
Por tanto, manteneos firmes, y no os sometáis de nuevo al yugo de la esclavitud.

Hermanos, vuestra vocación es la libertad: no una libertad para que se aproveche la carne; al contrario, sed esclavos unos de otros por amor.
Porque toda la Ley se concentra en esta frase: «Amarás al prójimo como a ti mismo.»

Pero, atención: que si os mordéis y devoráis unos a otros, terminaréis por destruiros mutuamente.

Yo os lo digo: andad según el Espíritu y no realicéis los deseos de la carne; pues la carne desea contra el espíritu y el espíritu contra la carne. Hay entre ellos un antagonismo tal que no hacéis lo que quisierais.
En cambio, si os guía el Espíritu, no estáis bajo el dominio de la Ley.


Aclamación antes del Evangelio: 1 Sam 3, 9; Jn 6, 68c

Habla, Señor, que tu siervo te escucha; tú tienes palabras de vida eterna.


EVANGELIO: Lucas 9, 51-62

Cuando se iba cumpliendo el tiempo de ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Y envió mensajeros por delante.
De camino, entraron en una aldea de Samaria para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron, porque se dirigía a Jerusalén.

Al ver esto, Santiago y Juan, discípulos suyos, le preguntaron:
—«Señor, ¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo que acabe con ellos?»
Él se volvió y les regañó. Y se marcharon a otra aldea.

Mientras iban de camino, le dijo uno:
—«Te seguiré adonde vayas.»
Jesús le respondió:
—«Las zorras tienen madriguera, y los pájaros nido, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza.»

A otro le dijo:
—«Sígueme.»
Él respondió:
—«Déjame primero ir a enterrar a mi padre.»
Le contestó:
—«Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios.»

Otro le dijo:
—«Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de mi familia.»
Jesús le contestó:
— «El que echa mano al arado y sigue mirando atrás no vale para el reino de Dios.»


Antífona de comunión: Sal 102,1

Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga a su santo nombre.
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ARANDO Y MIRANDO HACIA ATRÁS

El Señor lo dijo muy claro: “Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás es apto para el Reino de Dios” (Lc 9,62). Tú y yo podemos ser de los discípulos que, un día, se determinaron a poner su mano en el arado, para trabajar por el Evangelio y roturar los campos de la Iglesia.

Pero, sin retirar quizá la mano del arado, somos también de los que no dejan de mirar hacia atrás, añorando lo que hemos dejado, incómodos con renuncias que no terminamos de asumir, o ambicionando que llegue sin esfuerzo el tiempo de los frutos.

No retiramos nuestra mano del arado, y con eso creemos que somos ya de los discípulos que siguen al Señor. Pero, muchas veces nuestro arado no se hunde en la tierra, no hace surco, no deja huella, porque medimos demasiado nuestra entrega con esa falsa prudencia humana, que tanta mediocridad encierra, la adornamos con multitud de excusas buenas y necesarias, o la diluimos en los eternos buenos propósitos que nunca llegan a concretarse.

Quizá tenemos puesta la mano en el arado, pero el corazón sigue ocupado en nuestras cosas, planes e intereses personales. No retiramos la mano del arado, pero, quizá, trabajamos sólo por conseguir ese poco de gloria humana, de reconocimiento ajeno, de buena consideración, que tanto nos distingue y ensalza frente a aquellos que trabajan con nosotros en el mismo campo apostólico.

Tú, cuando pongas la mano en el arado, cuando trabajes en los surcos de la Iglesia, no busques tu propia gloria, no ambiciones tu propia fama y poder. Porque muchos discípulos hay que trabajan en la Iglesia y en nombre de Dios, pero no para la Iglesia ni por Dios, sino para sí mismos y buscando su propio interés.

Cuida tu arado, no sea que roturando la tierra de tu propia gloria y egoísmo, termines enterrado en el polvo de tu miseria y ambición.

Lañas diarias www.mater-dei.es


El maná de cada día, 29.6.13

junio 29, 2013

San Pedro y san Pablo, apóstoles

Solemnidad

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San Pedro y San Pablo (El Greco)



Antífona de entrada

Estos son los que mientras estuvieron en la tierra, con su sangre plantaron la Iglesia: bebieron el cáliz del Señor y lograron ser amigos de Dios.


Oración colecta

Señor, tú que nos llenas de santa alegría en la celebración de la fiesta de san Pedro y san Pablo, haz que tu Iglesia se mantenga siempre fiel a las enseñanzas de aquellos que fueron fundamento de nuestra fe cristiana. Por nuestro Señor Jesucristo.


PRIMERA LECTURA: Hechos de los Apóstoles 12, 1-11

En aquellos días, el rey Herodes se puso a perseguir a algunos miembros de la Iglesia. Hizo pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan. Al ver que esto agradaba a los judíos, decidió detener a Pedro. Era la semana de Pascua.

Mandó prenderlo y meterlo en la cárcel, encargando su custodia a cuatro piquetes de cuatro soldados cada uno; tenía intención de presentarlo al pueblo pasadas las fiestas de Pascua. Mientras Pedro estaba en la cárcel bien custodiado, la Iglesia oraba insistentemente a Dios por él.

La noche antes de que lo sacara Herodes, estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, atado con cadenas. Los centinelas hacían guardia a la puerta de la cárcel. De repente, se presentó el ángel del Señor y se iluminó la celda. Tocó a Pedro en el hombro, lo despertó y le dijo: «Date prisa, levántate.»

Las cadenas se le cayeron de las manos y el ángel añadió: «Ponte el cinturón y las sandalias.»

Obedeció y el ángel le dijo: «Échate el manto y sígueme.»

Pedro salió detrás, creyendo que lo que hacía el ángel era una visión y no realidad. Atravesaron la primera y la segunda guardia, llegaron al portón de hierro que daba a la calle, y se abrió solo. Salieron, y al final de la calle se marchó el ángel.

Pedro recapacitó y dijo: «Pues era verdad: el Señor ha enviado a su ángel para librarme de las manos de Herodes y de la expectación de los judíos.»

SALMO 33, 2-3.4-5.6-7.8-9

El Señor me libró de todas mis ansias.

Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren.

Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre. Yo consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias.

Contempladlo, y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias.

El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege. Gustad y ved qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él.


SEGUNDA LECTURA: 2 Timoteo 4, 6-8.17-18

Yo estoy a punto de ser sacrificado y el momento de mi partida es inminente.

He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he mantenido la fe. Ahora me aguarda la corona merecida, con la que el Señor, juez justo, me premiará en aquel día; y no sólo a mí, sino a todos los que tienen amor a su venida.

El Señor me ayudó y me dio fuerzas para anunciar íntegro el mensaje, de modo que lo oyeran todos los gentiles. Él me libró de la boca del león. El Señor seguirá librándome de todo mal, me salvará y me llevará a su reino del cielo. A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.


Aclamación antes del Evangelio: Mt 16, 18

Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará.


EVANGELIO: Mateo 16, 13-19

En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?»

Ellos contestaron: «Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.»
Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»

Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.»

Jesús le respondió: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás! porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.»


Antífona de Comunión: Mt 16, 16. 18

Pedro dijo a Jesús: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Jesús le respondió: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia.

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ESTOS MÁRTIRES, EN SU PREDICACIÓN, DABAN TESTIMONIO      DE LO QUE HABÍAN VISTO

De los sermones de San Agustín, obispo

El día de hoy es para nosotros sagrado, porque en él celebramos el martirio de los santos apóstoles Pedro y Pablo. No nos referimos, ciertamente, a unos mártires desconocidos. A toda la tierra alcanza su pregón y hasta los límites del orbe su lenguaje. Estos mártires, en su predicación, daban testimonio de lo que habían visto con un desinterés absoluto, dieron a conocer la verdad hasta morir por ella.

San Pedro, el primero de los apóstoles, que amaba ardientemente a Cristo, y que llegó a oír de él estas palabras: Ahora te digo yo: Tú eres Pedro. Él había dicho antes: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Y Cristo le replicó: «Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Sobre esta piedra edificaré esta misma fe que profesas.

Sobre esta afirmación que tú has hecho: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo, edificaré mi Iglesia. Porque tú eres Pedro». «Pedro» es una palabra que se deriva de «piedra», y no al revés. «Pedro» viene de «piedra», del mismo modo que «cristiano» viene de «Cristo».

El Señor Jesús, antes de su pasión, como sabéis, eligió a sus discípulos, a los que dio el nombre de apóstoles. Entre ellos, Pedro fue el único que representó la totalidad de la Iglesia casi en todas partes. Por ello, en cuanto que él solo representaba en su persona a la totalidad de la Iglesia, pudo escuchar estas palabras: Te daré las llaves del reino de los cielos. Porque estas llaves las recibió no un hombre único, sino la Iglesia única.

De ahí la excelencia de la persona de Pedro, en cuanto que él representaba la universalidad y la unidad de la Iglesia, cuando se le dijo: Yo te entrego, tratándose de algo que ha sido entregado a todos. Pues, para que sepáis que la Iglesia ha recibido las llaves del reino de los cielos, escuchad lo que el Señor dice en otro lugar a todos sus apóstoles: Recibid el Espíritu Santo. Y a continuación: A quienes les perdonéis los pecados les quedan perdonados; a quienes se los retengáis les quedan retenidos.

En este mismo sentido, el Señor, después de su resurrección, encomendó también a Pedro sus ovejas para que las apacentara. No es que él fuera el único de los discípulos que tuviera el encargo de apacentar las ovejas del Señor; es que Cristo, por el hecho de referirse a uno solo, quiso significar con ello la unidad de la Iglesia; y, si se dirige a Pedro con preferencia a los demás, es porque Pedro es el primero entre los apóstoles.

No te entristezcas, apóstol; responde una vez, respon­de dos, responde tres. Venza por tres veces tu profesión de amor, ya que por tres veces el temor venció tu presunción. Tres veces ha de ser desatado lo que por tres veces habías ligado. Desata por el amor lo que habías ligado por el temor.

A pesar de su debilidad, por primera, por segunda y por tercera vez encomendó el Señor sus ovejas a Pedro.

En un solo día celebramos el martirio de los dos apóstoles. Es que ambos eran en realidad una sola cosa aunque fueran martirizados en días diversos Primero lo fue Pedro, luego Pablo. Celebramos la fiesta del día de hoy, sagrado para nosotros por la sangre de los apóstole­s. Procuremos imitar su fe, su vida, sus trabajos, sus sufrimientos, su testimonio y su doctrina.

Oración

Señor, tú que nos llenas de santa alegría en la celebra­ción de la fiesta de san Pedro y san Pablo, haz que tu Iglesia se mantenga siempre fiel a las enseñanzas de aquellos que fueron fundamento de nuestra fe cristiana. Por nuestro Señor Jesucristo.


«Los sacerdotes célibes también deben sentirse padres»

junio 28, 2013
Homilía matutina del Pontífice en Santa Marta

Homilía matutina del Papa Francisco en Santa Marta

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Vatican Insider

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«Dios quiere que los sacerdotes vivan con plenitud una gracia especial de “paternidad”: la espiritual para con las personas que se les han confiado». Lo afirmó el Papa Francisco en la homilía de la misa matutina en la capilla de la Casa Santa Marta.

El «deseo de paternidad» está inscrito en las fibras más profundas de un hombre. Y un sacerdote, afirmó Francisco, no es una excepción, a pesar de que su deseo tenga una dirección especial y se viva de forma particular: «Cuando un hombre no tiene este deseo, hay algo que falta en este hombre. Hay algo que no va», dijo el Papa, según la síntesis que publicó la Radio Vaticana.

«Todos nosotros, para ser, para volvernos plenos, para ser maduros, debemos sentir la alegría de la paternidad: incluso nosotros los célibes. La paternidad es dar vida a los demás, dar vida, dar vida… Para nosotros, será la paternidad pastoral, la paternidad espiritual: pero es dar vida, volvernos padres».

Un padre, explicó Bergoglio, «sabe qué significa defender a sus hijos. Y esta es una gracia que nosotros los sacerdotes debemos pedir: ser padres, ser padres. La gracia de la paternidad, de la paternidad pastoral, de la paternidad espiritual. Tendremos muchos pecados, todos tenemos pecados. Pero no tener hijos, no volvernos padres, es como si la vida no llegara al final: se detiene a mitad del camino. Por esto debemos ser padres. Pero es una gracia que nos da el Señor. La gente nos dice: “Padre, padre, padre…”. Nos quiere así, padres, con la gracia de la paternidad pastoral».

Participaron en la misa algunos prelados y sacerdotes que iban en compañía del arzobispo de Palermo, Salvatore De Giorgi, que hoy celebró los 60 años de su ordenación sacerdotal, por lo que el Papa le dedicó algunas palabras de afecto en su homilía.  «Yo no sé qué haya hecho el querido Salvatore», dijo Francisco, «pero estoy seguro de que ha sido padre».

«Y esta es una señal», prosiguió dirigiéndose a los sacerdotes ordenados por De Giorgi que acompañaron al purpurado. «Ahora les toca a ustedes», exhortó al final Francisco, observando que cada árbol «da su fruto y si él mismo es bueno, llos frutos deben ser buenos, ¿no?».


El maná de cada día, 28.6.13

junio 28, 2013

Viernes de la 12ª semana del Tiempo Ordinario

 

Y en seguida quedó limpio de la lepra

Y en seguida quedó limpio de la lepra


PRIMERA LECTURA: Génesis 17, 1.9-10.15-22

Cuando Abrán tenía noventa y nueve años, se le apareció el Señor y le dijo: «Yo soy el Dios Saday. Camina en mi presencia con lealtad.»

Dios añadió a Abrahán: «Tú guarda mi pacto, que hago contigo y tus descendientes por generaciones. Éste es el pacto que hago con vosotros y con tus descendientes y que habéis de guardar: circuncidad a todos vuestros varones.»

Dios dijo a Abrahán: «Saray, tu mujer, ya no se llamará Saray, sino Sara. La bendeciré, y te dará un hijo, y lo bendeciré; de ella nacerán pueblos y reyes de naciones.»

Abrahán cayó rostro en tierra y se dijo sonriendo: «¿Un centenario va a tener un hijo, y Sara va a dar a luz a los noventa?»

Y Abrahán dijo a Dios: «Me contento con que te guardes vivo a Ismael.»

Dios replicó: «No; es Sara quien te va a dar un hijo, a quien llamarás Isaac; con él estableceré mi pacto y con sus descendientes, un pacto perpetuo. En cuanto a Ismael, escucho tu petición: lo bendeciré, lo haré fecundo, lo haré multiplicarse sin medida, engendrará doce príncipes y haré de él un pueblo numeroso. Pero mi pacto lo establezco con Isaac, el hijo que te dará Sara el año que viene por estas fechas.»

Cuando Dios terminó de hablar con Abrahán, se retiró.


SALMO 127, 1-2.3.4-5

Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor.

Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos. Comerás del fruto de tu trabajo, serás dichoso, te irá bien.

Tu mujer, como parra fecunda, en medio de tu casa; tus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de tu mesa.

Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor. Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida.


Aclamación antes del Evangelio: Mt 8, 17

Cristo hizo suyas nuestras debilidades y cargó con nuestros dolores.


EVANGELIO: Mateo 8, 1-4

En aquel tiempo, al bajar Jesús del monte, lo siguió mucha gente.

En esto, se le acercó un leproso, se arrodilló y le dijo: «Señor, si quieres, puedes limpiarme.»

Extendió la mano y lo tocó, diciendo: «Quiero, queda limpio.»

Y en seguida quedó limpio de la lepra.

Jesús le dijo: «No se lo digas a nadie, pero, para que conste, ve a presentarte al sacerdote y entrega la ofrenda que mandó Moisés.»


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EXTENDIÓ LA MANO Y LO TOCÓ

El gesto de Jesús, acercando su mano para tocar la lepra de aquel hombre, debió impresionar mucho al evangelista. No era frecuente que los leprosos se acercaran a la gente, pues tenían obligación de abandonar familia y posesiones, para vivir desterrados fuera de las aldeas. Su enfermedad era considerada como un castigo de Yahvé por algún pecado personal o del pueblo.

Jesús, con un gesto así, podía quedar contagiado de esa terrible enfermedad y, además, caía en la impureza legal de tocar a un leproso. Pero, sanando su enfermedad, el Señor quería curar, sobre todo, ese corazón humano, tan mezquino y encogido, que teme a Dios como a Aquel que castiga impasible y despiadadamente la debilidad y la miseria del hombre por Él creado.

Jesús quiso sanar el corazón leproso de aquellos discípulos, mostrando cómo la mano de la compasión y la ternura de Dios es capaz de tocar y sanar toda llaga humana.

Aquella mano de Cristo, acariciando sin titubeos la carne desfigurada y maloliente del leproso, hablaba a las gentes de un amor de Dios compasivo y tierno, que la ley judía y la justicia de los hombres eran incapaces de sospechar.

En tu oración diaria, en tu confesión frecuente, en tus caídas, no te canses de presentar al Señor esas llagas de tu alma, quizá siempre las mismas, por las que supura el hedor de tanto pecado y desidia.

Dios quiere sanar, en ti y en los demás, esa lepra de tantos pecados, que nos postra en el destierro de la separación de Dios. No dejes que la lepra de la tibieza, de los agobios y cansancios de la vida, de los dolores y afanes de tu día a día, desfigure el rostro y la vida de tu alma.

Muchos esperan de ti que seas esa mano por la que Dios toca y alivia tanto dolor y sufrimiento.

Lañas diarias www.mater-dei.es

JESÚS EXTENDIÓ LA MANO Y LO TOCÓ

Beata Teresa de Calcuta, Camino de sencillez

En nuestros días, en Occidente, la peor enfermedad no es la tuberculosis o la lepra sino el sentirse indeseable, abandonado, privado de amor. Sabemos cuidar las enfermedades del cuerpo por medio de la medicina, pero el único remedio para la soledad, el desconcierto y el desespero es el amor.

Hay mucha gente que muere en el mundo por falta de un trozo de pan, pero hay muchos más que mueren por falta de un poco de amor. La pobreza de Occidente es una pobreza diferente.

No es sólo una pobreza de soledad, sino también de falta de espiritualidad. Existe un hambre de amor como existe un hambre de Dios…

www.evangeliodeldia.org


Nora, adicta y atea: «Descubrí que la fe da la fuerza para admitir que necesitas ayuda y cambiar»

junio 27, 2013
Nora de Austria

Nora de Austria

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www.religionenlibertad.com

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Nora es una joven de Viena que publica su testimonio de conversión y superación cuando tiene 28 años. El vacío, los desórdenes alimenticios, el alcohol y luego las drogas le podrían haber llevado al suicidio, como a su ex-novio.

Lo que le salvó fue descubrir que creer en Dios no era «ser débil», como pensaba, sino todo lo contrario: la fe era una fuerza para admitir los errores, la realidad, y poder empezar un cambio radical.

Anorexia y aislamiento

«Al comenzar mi adolescencia sentía un profundo vacío dentro de mí que se manifestaba en la anorexia», explica Nora. «En poco tiempo me aislé de todo y de todos, no quería que me molestasen, vivía en mi mundo, me pesaba ser prisionera de mi propio cuerpo. Me trataba a mí misma con dureza, pero en la relación con los demás me sentía frágil e insegura, pensaba que no era inteligente, ni bella o fuerte como mis coetáneos».

Una familia rota

Se fue alejando de su familia, que además sufría su propia crisis. Cuando ella tenía 18 años sus padres se divorciaron. Y ella no quería sentir dolor: quería ser, o al menos parecer, fuerte, dura.

«No quería sentir el dolor, las inseguridades, el miedo y todo el sentimiento de culpa», recuerda. ¿Y cómo se combaten esos sentimientos en una cultura materialista? Con pastillas y sustancias.

«Comencé a tomar fármacos antidepresivos, calmantes, y caí en la oscuridad de las tinieblas. Gracias a Dios, mi padre y su compañera me vieron, me llevaron a su casa por un año y me ayudaron mucho. Al principio mi padre trató de ayudarme de distintas maneras, y aunque yo lo rechazaba, él siguió cerca».

Trabajo y oración: el Cenáculo

Finalmente, su padre decidió enviar a Nora a Italia, a la Comunidad del Cenáculo, una comunidad católica donde los jóvenes adictos viven juntos en una misma casa, realizan mucho trabajo físico y manual y mucha oración.

A cada recién llegado se le asigna un «ángel» o «acompañante», que es un ex-adicto, alguien que ya ha pasado por el proceso, que se sabe todos los trucos del adicto, sus mentiras continuas, dónde esconde la droga o el alcohol, sus justificaciones… y que no cede ante ellas.

Nora fue al Cenáculo muy en contra de su voluntad, con la sensación, simplemente, de que su padre quería alejarla de casa pero no tenía elección. No le gustaba tener que estar en otro país, tener que aprender italiano, tener que compartir el lugar con tantas chicas, y dejar sus adicciones.

Pero su padre había sido claro al enviarla: “Si vuelves a casa, tu vida será un infierno”, le había dicho. «Sus palabras permanecieron dentro, me sacudieron», señala la joven austriaca.

La vida en el Cenáculo era dura: mucho trabajo, mucha oración, nunca sola. Pero eso era liberador.

Comunidad y fe

«En poco tiempo, la forma de vida de la Comunidad, el quererse bien, encontrarse, estar atento a las necesidades del otro, me tocaron mucho y quería ser parte de esta familia», explica.

Y más aún, había una fuerza poderosa que antes había despreciado y ahora le atraía: la fe.

«Encontré la fe. Antes no la conocía porque era atea. En el pasado, para mí creer en Dios significaba ser débil, en cambio, descubrí que la fe es la fuerza que te permite decirte que eres débil y que necesitas ayuda».

La fe era todo lo contrario que autoengañarse, todo lo contrario de lo que ofrece cualquier adicción con su escapismo: la fe permitía afrontar la realidad de cara.

«La primera vez que vi a las chicas que se levantaban de la mesa para decir con sinceridad, delante de todos, que habían cometido un error, como robar o hacer algo a escondidas, me quedé con la boca abierta: me latía fuerte el corazón por su coraje de sacar afuera la basura de la mentira y la falsedad. Yo nunca había sido capaz de afrontar un problema, de decir la verdad», apunta Nora.

«Con seis meses de Comunidad le escribí a mi padre por primera vez diciéndole que había decidido quedarme, que quería elegir la vida. Después de un tiempo supe que mi padre había recibido mi carta justo el mismo día que mi ex novio se había suicidado. Para mí fue un golpe, pero al mismo tiempo me hizo entender cuánta libertad tenemos para elegir y cómo podría haber terminado mi vida».

Poder hablar y abrir el corazón

La sinceridad, el poder hablar y poder confiar, cambió a Nora y la llevaba a la generosidad: «Abrirme a las hermanas, pedirles su consejo, creer en su amistad generosa y hacer sacrificios con y para ellas, me sacaba de la pesadez de mi egoísmo».

Y de fondo latía el poder del Misterio y la esperanza, tan distinto al falso control y la esclavitud del adicto.

«Me ayudó ver cuánta esperanza tenían las chicas gracias a la oración y me fascinaba el hecho de no poder entender solo con mi mente la grandeza de Dios. Me hizo mucho bien sentirme pequeña delante de Él y necesitada de su Misericordia. Cuando caía en mi negatividad, en la vergüenza de verme imperfecta, aprendí a buscarlo y a decirme la verdad delante de Él».

Hoy ella ayuda a otras chicas

La experiencia en la Comunidad del Cenáculo transformó a Nora y hoy es ella la que ayuda a otras chicas.

«Estoy muy agradecida por haber encontrado a la Comunidad, agradecida a todas las personas que creían que yo cambiaría, especialmente a la chica que fue mi ángel custodio y que luchó junto a mí los primeros meses.Quiero agradecer mucho a las chicas con las que vivo porque me enseñan a amar más y a sonreír a la vida, don precioso que reencontré y que hoy deseo dar».


El maná de cada día, 27.6.13

junio 27, 2013

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Jueves de la 12ª semana del Tiempo Ordinario

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Construir la casa sobre la roca que es Jesucristo

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PRIMERA LECTURA: Génesis 16, 6b-12. 15-16

En aquellos días, Saray maltrató a Agar, y ella se escapó.
El ángel del Señor la encontró junto a la fuente del desierto, la fuente del camino de Sur, y le dijo: -«Agar, esclava de Saray, ¿de dónde vienes y adónde vas?»

Ella respondió: -«Vengo huyendo de mi señora.»
El ángel del Señor le dijo: -«Vuelve a tu señora y sométete a ella.»
Y el ángel del Señor añadió: -«Haré tan numerosa tu descendencia que no se podrá contar.»

Y el ángel del Señor concluyó: -«Mira, estás encinta y darás a luz un hijo y lo llamarás Ismael, porque el Señor te ha escuchado en la aflicción. Será un potro salvaje: él contra todos y todos contra él; vivirá separado de sus hermanos.»

Agar dio un hijo a Abrahán, y Abrahán llamó Ismael al hijo que le había dado Agar.

Abrahán tenía ochenta y seis años cuando Agar dio a luz a Ismael.


SALMO 105,1-2.3-4a.4b-5

Dad gracias al Señor porque es bueno.

Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. ¿Quién podrá contar las hazañas de Dios, pregonar toda su alabanza?

Dichosos los que respetan el derecho y practican siempre la justicia. Acuérdate de mí por amor a tu pueblo.

Visítame con tu salvación: para que vea la dicha de tus escogidos, y me alegre con la alegría de tu pueblo, y me gloríe con tu heredad.


Aclamación antes del Evangelio: Jn 14, 23

El que me ama guardará mi palabra -dice el Señor-, y mi Padre lo amará, y vendremos a él.


EVANGELIO: Mateo 7, 21-29

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«No todo el que me dice “Señor, Señor” entrará en el reino de cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo. Aquel día muchos dirán: “Señor, Señor, ¿no hemos profetizado en tu nombre, y en tu nombre echado demonios, y no hemos hecho en tu nombre muchos milagros?” Yo entonces les declararé: “Nunca os he conocido. Alejaos de mí, malvados.”

El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió porque estaba cimentada sobre roca.

El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente.»

Al terminar Jesús este discurso, la gente estaba admirada de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad, y no como los escribas.
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Poned en práctica la Palabra, no os contentéis con escucharla,     eso sería engañaros

San Agustín. Sermón 179, 8-9; PL 38, 970

No os confundáis, hermanos, si habéis venido con diligencia a escuchar la palabra sin poner en práctica lo que oís. Pensad bien en ello; si bueno es escuchar la palabra, es mucho mejor ponerla en práctica. Si no la escuchas, si no practicas lo que has oído, no construyes nada. Si la oyes y no la pones en práctica, construyes una ruina… escuchar y poner en práctica, es construir sobre roca. Y el solo hecho de escuchar, es construir.

En cuanto al que escucha estas palabras, continúa el Señor, y no las pone en práctica, es semejante al insensato que construye su casa. También él construye, pero ¿qué construye? Construye su casa pero dado que no pone en práctica lo que oye, tiene buen oído, pero construye sobre arena…

Puede que alguien me diga: “¿Para qué escuchar lo que no tengo la intención de cumplir. Ya que construiré una ruina si escucho sin ponerlo en práctica, no es más seguro no escuchar nada?”. En este mundo, la lluvia, los vientos, los torrentes no cesan. ¿No es mejor construir sobre roca para que cuando vengan los torrentes, no te arrastren?… Sin protección y sin el menor tejado, vas a ser irremediablemente abatido, arrastrado, sumergido.

Reflexiona pues sobre el partido que vas a tomar. Es malo no escuchar, es malo escuchar sin actuar, resulta que hay que escuchar y poner en práctica. Sed personas que » ponen en práctica la Palabra, y no se contentan sólo con escucharla”; lo contrario sería engañarse.


Aparecida: Más que un texto; una realidad gracias al Papa Francisco

junio 26, 2013

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La alegría, la agilidad, la creatividad en el Espíritu: Mayores cosas veréis

La alegría, la agilidad, la creatividad en el Espíritu: Mayores cosas veréis

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Gracias a Bergoglio el documento de Aparecida más que un texto es una realidad

Entrevista con Susana Nuín, directora ejecutiva del departamento de Comunicación del CELAM

Por Rocío Lancho García

ROMA, 25 de junio de 2013 (Zenit.org) – El cardenal Bergoglio tuvo un rol fundamental en la confección del Documento Final de Aparecida, durante la Quinta Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, que tuvo lugar en mayo 2007, junto al santuario de Aparecida en Brasil.

Tal es la importancia de este documento, que el ahora papa Francisco suele entregarlo a mandatarios latinoamericanos, con el objeto de que sean coprotagonistas de un nuevo orden social en Latinoamérica, basado en la dignidad del ser humano y la justicia. La doctora Nuín fue miembro del grupo de trabajo en Aparecida y ZENIT ha hablado con ella para profundizar y conocer mejor algunos aspectos fundamentales de este documento.

Susana Nuín Núñez es directora ejecutiva del Departamento de Comunicación y Prensa de la Conferencia Episcopal Latino-Americana (CELAM). Nació en Uruguay y vivió treinta años en Argentina. Estudió en Roma y reside en Bogotá, aunque por cortos períodos, porque su responsabilidad ante el CELAM la lleva a recorrer a menudo diversos países de Latinoamérica y el Caribe, y otras naciones del mundo

¿En qué consiste el documento de Aparecida?

— Susana: El documento de Aparecida es mucho más que un documento. Se realizó en el marco de la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano. La fuerza del documento es que es un texto en contexto. Es un texto que tiene el respaldo y la riqueza de una Asamblea que fue quien lo realizó. Esto hace que sea un documento que expresa el pensamiento, el sentir, el palpitar y el diagnóstico de la Iglesia en América Latina.

También hubo participantes religiosos, religiosas, laicos y laicas, representantes de otras Iglesias, es decir, una verdadera asamblea. Por lo tanto, tiene por un lado ese valor que es muy importante: el texto en contexto, una asamblea que vivió en comunión. En segundo lugar, hace un salto muy grande: se dirige a discípulos misioneros y habla de discípulos misioneros.

Esto quiere decir que son consustanciadas una palabra en la otra, totalmente interrelacionadas ambas palabras. No se puede ser discípulo sin ser misionero y no se puede ser misionero sin ser discípulo. Esto nos saca de una posible dicotomía que podía existir y nos lleva a una plenitud de la vocación de los seguidores de Jesús, lo cual revierte también en muchas cosas en nuestro actuar.

¿Cuál es el eje central del documento?

— Susana: El eje central es el valor de la vida en todo sentido, no sólo en la gestación, en el momento cercano a la muerte, sino en todo momento. Y tiene que ser una vida digna, con trabajo, con casa, con posibilidad de estudio; tiene que ser una vida que tenga toda la dignidad que la persona humana requiere. Esta concepción de vida atraviesa todo el documento de Aparecida.

Del mismo modo atraviesa todo el documento de Aparecida la comunicación. Si bien el capítulo referido a comunicación es sintético, todo Aparecida habla de la comunión, de la necesidad de testimoniar, de comunicar a través de los ejemplos, las obras, las experiencias, una vida en comunión. Una vida en comunión es una vida comunicativa.

¿Cuál diría usted que es el pilar de Aparecida?

— Susana: Yo diría que un pilar fundamental ha sido el método que se utiliza para hacer el documento: «Ver, juzgar y actuar». Es el método de análisis que se toma donde aparece un reconocimiento en el ver, también un agradecimiento a Dios por todo lo recibido y de allí se parte en un ver la realidad del diagnóstico, un juzgar a la luz de la Palabra y una proyección para el actuar.

Otro punto clave es cuando habla de la vida de nuestros pueblos hoy, de discípulos misioneros y su mirada sobre la realidad; y afronta la realidad de América Latina y el Caribe hoy. Otro aspecto es la vida de Jesucristo en sus discípulos misioneros: la vocación de los discípulos a la santidad, la comunión de los discípulos misioneros en la Iglesia, el no anteponer la acción a la comunión.

La comunión es una comunión abierta y no intimista pero es una comunión que nos hace vivir en verdaderas comunidades para dar testimonio. También hay que destacar el itinerario formativo de los discípulos misioneros, dónde y cómo se forman.

Una tercera parte muy importante es la vida de Jesucristo para nuestros pueblos, donde se encaran distintos temas que tienen que ver concretamente con nuestro accionar. La misión de los discípulos al servicio de la vida plena de nuestros pueblos, al reino de Dios y la promoción humana con todo lo que significa: la familia, nuestros pueblos y culturas cómo se relacionan.

Aparecida, no se puede negar, fue marcada por el discurso inaugural de Benedicto XVI que convocó a una real conversión de las personas, de las comunidades y de las estructuras. Este fue un gran pilar. Del mismo modo que lo fue el discurso final.

El documento de Aparecida tiene un valor enorme porque vincula estrechamente la propuesta evangélica a una vida concretamente plasmada por esa propuesta. Es como que el discurso y la vida se tienen que unir y se unen y Aparecida lo propone en una forma magnífica. Es un poco lo que estamos viendo con el papa Francisco. Sus gestos y su discurso se han unido y muestran una unidad, y esa unidad da testimonio.

¿Cuáles han sido los frutos más inmediatos de Aparecida en Latinoamérica?

— Susana: Yo creo que los frutos que puede provocar un evento de este tipo están vinculados a un cambio de mentalidad profundo. El cambio de mentalidad que se opera con Aparecida es entrar en la concepción de que todos, absolutamente todos, desde los laicos hasta los obispos y toda la Iglesia entremos en un proceso de conversión pastoral profunda.

Cuando se provoca esta conciencia se provocan muchos cambios porque evidentemente nos damos cuenta de que estamos todos en un proceso de transformación. Al mismo tiempo que nos damos cuenta de este proceso asumimos de otra manera nuestra forma de ser Iglesia. Aparecida propone cómo ir al encuentro de los demás, que las parroquias sean comunidades abiertas a la sociedad.

Pero no sólo abiertas para que la gente vaya al templo, sino que la gente vaya a la sociedad a llevar la buena nueva. Este es un gran desafío de Aparecida. Otro desafío es el haber marcado los rostros que hacen padecer América Latina, rostros de dolor y de dificultades que nosotros no podemos negar si queremos que nuestro continente sea evangelizado y viva en evangelización. Esos son «rostros que nos duelen», dice Aparecida.

¿La autorreferencialidad de la que habla el papa Francisco cómo se refleja en Aparecida?

— Susana: Es fundamental pero porque es la vida de la Iglesia, del Evangelio. El documento lo que hace es llamar a que nos volvamos a poner en la senda de Jesús y del Evangelio. Y la realidad es que Jesús no se quedó sentado en el Templo esperando sino que fue al encuentro.

¿Cuál fue el rol del cardenal Bergoglio en la redacción de Aparecida?

— Susana: El cardenal Bergoglio fue elegido por los demás obispos como presidente de la comisión que dirigió la constitución del documento. Sus diálogos y su papel de armonizador fue muy grande. Él fue permanentemente piloteando esta tarea que sus hermanos en episcopado le habían confiado, y lo hizo de una forma dialógica.

Quizá eso sea lo que más se valora de él, que en un estilo metodológico de diálogo como fue recibiendo todos los aportes de la Asamblea junto a la comisión con la que trabajaba. Trabajó de tal forma que hizo que todas las voces de la Asamblea entraran armónicamente y fueran constituyendo más que un texto, una realidad. Yo diría que su rol fue fundamental en este proceso de diálogo.

¿Qué importancia tiene que Francisco esté ahora regalando este documento a los presidentes latinoamericanos que le han visitado?

— Susana: Tiene una importancia muy grande. El papa Francisco es muy consciente por su trayectoria, por su personalidad y por su gracia de que el Evangelio tiene que llegar a operar cambios sustanciales en la sociedad. Si no, nos quedamos en un espiritualismo intimista. Además, el documento de Aparecida da una oferta a la Iglesia universal muy interesante y particularmente a la latinoamericana que es donde el papa ha entregado los documentos.

El Evangelio es la única fuerza que puede transformar la realidad en plenitud y que no caiga en ideologizaciones. Por eso él siente que Aparecida es una mediación concreta y eficaz para la posibilidad de esa transformación. Aparecida opera como mediador dando oportunidades, sugerencias, diagnósticos y aportes para esos cambios estructurales que necesita la sociedad.

Es muy sintomático que lo entregue a los presidentes y Francisco recibe todas las semanas a jefes de gobierno y no creo que sean sólo visitas protocolarias, creo que es porque él tiene en su concepción que el Evangelio tiene que poder transformar la realidad estructural de la sociedad.

¿El documento de Aparecida se puede aplicar a todo el mundo o es algo muy concreto de la realidad latinoamericana?

— Susana: En primer lugar es expresión de la realidad latinoamericana pero creo que hay algo más importante: se reconoce el camino realizado por las cinco conferencias del episcopado latinoamericano y este camino ha tenido el carácter y se lo lee como un diálogo permanente entre la Iglesia continental de América Latina y el Caribe y el Concilio Vaticano II.

Nosotros entendemos que en realidad Aparecida asume toda la novedad de un continente pero también toda la trayectoria de la Iglesia universal que se expresó en el Concilio Vaticano II. Por eso también tiene un aporte para toda la Iglesia.

¿Se sigue trabajando en aspectos ya recogidos en el documento de Aparecida?

— Susana: Sí, se sigue y es más, creo que cada vez se va a llegar más a los problemas de fondo. Primero es darlo a conocer, la información, la novedad del momento en el que surge. En segundo lugar llega la profundización. Yo me doy cuenta de que cinco años después de Aparecida, prácticamente es ahora cuando se está empezando a conocer y se siente la necesidad de tomarlo y hacerlo «real».

La semana pasada Ud. estuvo en Washington para hablar sobre el impacto de Aparecida en EEUU y sobre el rol de la Iglesia latinoamericana en EEUU, ¿qué temas podría destacar de este encuentro?

— Susana: En el encuentro estuvieron varias personalidades vinculadas al trabajo con los latinoamericanos en EEUU y en Washington y fue un evento muy interesante. En primer lugar por estar con un grupo importante de líderes hispanoamericanos, poder dialogar con ellos.

En segundo lugar fue muy importante por la apertura que encontramos y en tercer lugar porque la propuesta de Aparecida se volvió muy luminosa para ellos, como hemos visto en distintos momentos durante nuestra estadía.

Debo decir que con respecto al aporte que Latinoamérica da a EEUU yo lo fundaría en una palabra: relacionalidad. América Latina se caracteriza por tener una chispa del espíritu, de esas que dice el Concilio Vaticano II que son chispas que están contenidas en las culturas de los pueblos.

La relacionalidad entendida como la capacidad de estar con los otros, en relación con los otros, de converger con los otros. Quiere decir unidad en la multiplicidad, tenemos necesidad de estar unidos y al mismo tiempo somos múltiples y distintos, tenemos necesidad de esa convergencia. Son atributos que Dios ha dado a la cultura latinoamericana que crea familia, que es creativa y que busca todo aquello que le vincula a los otros.

Y esta es un aporte fundamental que el pueblo latinoamericano y caribeño puede ofrecer a los EEUU. Creo que hay una propuesta aún más desafiante y que la hace un estudioso, Benjamín Barber: «Nosotros no tenemos que vivir más en la dependencia, ni tampoco en la independencia, hay un tercer elemento superador que es la interdependencia de los pueblos».

Ser capaces de vivir entre hermanos, personas que son capaces de encarnar el Evangelio y el amor recíproco entre los pueblos.

Este creo que es el gran desafío que nos espera. Volvemos de EEUU con una gran esperanza por la apertura que hemos visto tanto en los hispanos como en los estadounidenses con ambiciosas posibilidades entre la Iglesia de EEUU y la Iglesia de Latinoamérica.

http://www.zenit.org/es/articles/gracias-a-bergoglio-el-documento-de-aparecida-mas-que-un-texto-es-una-realidad


El maná de cada día, 26.6.13

junio 26, 2013

Miércoles de la 12ª semana del Tiempo Ordinario

arbol-bueno

Un árbol bueno no puede dar frutos malos



PRIMERA LECTURA: Génesis 15, 1-12. 17-18

En aquellos días, Abrán recibió en una visión la palabra del Señor: -«No temas, Abrán, yo soy tu escudo, y tu paga será abundante.»

Abrán contestó: -«Señor, ¿de qué me sirven tus dones, si soy estéril, y Eliezer de Damasco será el amo de mi casa?»
Y añadió: -«No me has dado hijos, y un criado de casa me heredará.»

La palabra del Señor le respondió: -«No te heredará ése, sino uno salido de tus entrañas.»
Y el Señor lo sacó afuera y le dijo: -«Mira al cielo; cuenta las estrellas, si puedes.»
Y añadió: -«Así será tu descendencia.»

Abran creyó al Señor, y se le contó en su haber.

El Señor le dijo: -«Yo soy el Señor, que te sacó de Ur de los Caldeos, para darte en posesión esta tierra.»

Él replicó: -«Señor Dios, ¿cómo sabré que yo voy a poseerla?»
Respondió el Señor: -«Tráeme una ternera de tres años, una cabra de tres años, un carnero de tres años, una tórtola y un pichón.»

Abran los trajo y los cortó por el medio, colocando cada mitad frente a la otra, pero no descuartizó las aves. Los buitres bajaban a los cadáveres, y Abrán los espantaba.
Cuando iba a ponerse el sol, un sueño profundo invadió a Abrán, y un terror intenso y oscuro cayó sobre él.
El sol se puso, y vino la oscuridad; una humareda de horno y una antorcha ardiendo pasaban entre los miembros descuartizados.

Aquel día el Señor hizo alianza con Abrán en estos términos: -«A tus descendientes les daré esta tierra, desde el río de Egipto al Gran Río Eufrates.»


SALMO 104, 1-2. 3-4. 6-7. 8-9

El Señor se acuerda de su alianza eternamente.

Dad gracias al Señor, invocad su nombre, dad a conocer sus hazañas a los pueblos. Cantadle al son de instrumentos, hablad de sus maravillas.

Gloriaos de su nombre santo, que se alegren los que buscan al Señor. Recurrid al Señor y a su poder, buscad continuamente su rostro.

¡Estirpe de Abrahán, su siervo; hijos de Jacob, su elegido! El Señor es nuestro Dios, él gobierna toda la tierra.

Se acuerda de su alianza eternamente, de la palabra dada, por mil generaciones; de la alianza sellada con Abrahán, del juramento hecho a Isaac.


Aclamación antes del Evangelio: Jn 15, 4a. 5b

Permaneced en mí y yo en vosotros -dice el Señor-; el que permanece en mí da fruto abundante.



EVANGELIO: Mateo 7, 15-20

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

-«Cuidado con los falsos profetas; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. A ver, ¿acaso se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos? Los árboles sanos dan frutos buenos; los árboles dañados dan frutos malos. Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos. El árbol que no da fruto bueno se tala y se echa al fuego. Es decir, que por sus frutos los conoceréis.»


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POR SUS FRUTOS LOS CONOCERÉIS

San Agustín. Explicación del Sermón de la Montaña, cap. 24, §80-81

Preguntémosnos sobre qué frutos el Señor quiere llamar la atención para reconocer el árbol. Algunos consideran como frutos lo que constituye las vestiduras de las ovejas, así los lobos pueden engañarlos. Quiero indicar aquí los ayunos, las oraciones, las limosnas y todas las obras que pueden ser hechas por los hipócritas. Sin esto Jesús no habría dicho: «Absteneos de hacer justicia delante de los hombres, para llamarles la atención » (Mt 6,1)…

Muchos dan a los pobres por ostentación y no por benevolencia; muchos rezan o más bien parece que rezan, pero no lo hacen por Dios sino más bien por la estima de los hombres; muchos ayunan y fingen una austeridad asombrosa, para atraerse la admiración de los que ven sus obras. Todas estas obras son engaños… El Señor concluye que estos frutos no son suficientes para juzgar el árbol. Las mismas acciones hechas con una intención recta y en verdad constituyen la vestidura de las ovejas auténticas…

El apóstol Pablo nos dice por qué frutos reconoceremos el árbol malo: «Es fácil reconocer las obras de la carne: desenfreno, impureza, obscenidad, idolatría, brujería, odios, disputas, celos, cólera, disensión, sectarismo, rivalidades, borracheras, rencillas y cosas semejantes » (Ga 5,19-20). El mismo apóstol nos dice seguidamente por qué frutos podemos reconocer un árbol bueno: «Pero al contrario los frutos del Espíritu son amor, alegría, paz, paciencia, benevolencia, bondad, fe, humildad y control de sí» (v. 22-23).

Hay que saber que la palabra «alegría» se toma aquí en su sentido propio; los hombres malvados en sentido propio ignoran la alegría, pero conocen el placer… Es el sentido propio de la palabra, lo que sólo los buenos conocen; «no hay alegría para los impíos, dice el Señor» (Is 48,22). Lo mismo ocurre con la fe verdadera. Las virtudes enumeradas pueden ser disimuladas por los malos y los impostores, pero no engañan al ojo límpio y puro capaz de discernirlo.

www.evangeliodeldia.org


Los jóvenes brasileños se organizan para participar en la JMJ de Río

junio 25, 2013

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Jóvenes portando la Cruz

Jóvenes portando la Cruz

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La oración y la creatividad superan las dificultades económicas para ir a la JMJ
Jóvenes de todo Brasil superan dificultades y se preparan para ir a Río de Janeiro

Por Redacción

ROMA, 24 de junio de 2013 (Zenit.org) – Quedan sólo 29 días para que de comienzo la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro. Miles de jóvenes de todo el mundo ya han confirmado sus inscripciones y en estos días se encuentran ultimando preparativos. Son muchos los grupos de peregrinos que han realizado distintas iniciativas para conseguir dinero y ayudarles a costear el viaje.

Desde la Comisión Episcopal de Pastoral Juvenil de la Conferencia Episcopal Brasileña cuentan la historia de un grupo de jóvenes de Puerto Viejo que se dirige a la JMJ.

La distancia entre Puerto Viejo y Río de Janeiro es de aproximadamente 2.700 km en línea recta – equivalente a la distancia entre Lisboa (Portugal) y Varsovia (Polonia) atravesando seis países europeos. Pero no es todo ese suelo que va desanimar la juventud de Rondônia. Poco antes de recibir la peregrinación de la Cruz de los Jóvenes y del Icono de María, en agosto de 2012, ellos comenzaron a organizarse.

La Parroquia San Luis Gonzaga enviará cerca de 200 jóvenes. Entre ellos, hay miembros de la Renovación Carismática Católica (RCC), de la Pastoral de la Juventud (PJ) y del Camino neocatecumenal. Las demás parroquias de Puerto Viejo también enviarán peregrinos, entre los cuales habrá también salesianos, focolares, miembros de la Infancia y Adolescencia Misionera (IBAN), y miembros de otras expresiones eclesiales.

Por motivo de la distancia, los billetes de avión entre Puerto Viejo y el Río son muy caros y en ocasiones con varias escalas, lo que hace el viaje muy cansado.  Para conseguir dinero, los jóvenes de Puerto Viejo han hecho festivales de helados, de pizzas y pasta, de feijoada y hasta de yakisoba. También fueron a las puertas de colegios y facultades vender bocadillos, zumos y agua.

«Creo que será un momento de grande despertar la fe católica brasileña, sobre todo para juventud. Seremos contagiados por la unánime alegría de seguir Jesucristo junto con miles de peregrinos de muchos países» comenta la coordinadora del Sector Juventud de Puerto Viejo, Karoline Monteiro, que tiene 28 años y es doctorada en Ciencias Jurídicas y Sociales.

Teresina tampoco está cerca de Río y los precios de los billetes también son altos. Allí, los jóvenes se enfrentan a los mismos problemas y buscan soluciones parecidas. Además de hacer festivales, han organizado rifas y buscan apoyo financiero entre los amigos y familiares.

La joven Jéssica Lima, coordinadora de un grupo de 100 peregrinos de la Juventud Franciscana (Jufra) del Piauí, dice que, aún así, casi no dio: a pesar de todo el esfuerzo, muchas personas del grupo no estaban consiguiendo comprar los billetes, cada vez más caros – y pidieron la intercesión de san Francisco y Nuestra Señora de Lourdes. Ella cuenta que rezó pidiendo ayuda a ellos durante un Congreso Internacional de la orden de la Orden de los Hermanos Menores en Canindé.

«A final del día, cuando consulté mi email, tenía un link para una promoción de billetes de avión. Inmediatamente, me conecté para todos los hermanos que aún no habían comprado sus billetes y realizamos la compra de todos. Lo más ‘divino’ es que el valor de cada pasaje estaba un 90% más barato.

Fue un momento de mucha felicidad, llorábamos de alegría hablando por teléfono, pues otros hermanos que no iban a la JMJ pudieron comprarlo. Después de la JMJ, todos los hermanos que se beneficiaron con la promoción tendrán que cumplir la promesa hecha: visitar Canindé y agradecer personalmente a san Francisco y Nuestra Señora de Lourdes por la intercesión» cuenta Jéssica.

Vender productos para recaudar recursos tampoco es fácil. A veces, es preciso vencer la timidez. Fue lo que le sucedió con el joven Renato Queiroz, que forma parte de uno de los grupos de peregrinos de la Comunidad Shalom de Fortaleza. Actualmente, él y un amigo, Eduardo, están vendiendo trufas para conseguir dinero, pero comenzaron vendiendo agua en la puerta de la Universidad Federal del Ceará.

«Llegamos con vergüenza y sin saber lo que íbamos a hacer, sin saber cómo acercarnos a la gente. La primera cosa fue rezar, y el Espíritu Santo fue haciendo el resto poco a poco. Después, corríamos detrás de los autobuses y parábamos a los coches para vender» cuenta Renato.

Otra joven, Paula Fernandes, de Goiânia, habla de un problema diferente. Ella forma parte de un grupo de 10 peregrinos de la Pastoral de la Juventud de la parroquia Nuestra Señora Auxiliadora. La mayor dificultad de ellos es el hecho de que la mayoría trabaja y necesita días libres para participar de la Jornada Mundial de la Juventud.

Pero tienen fe en que todo se resuelva. Así como los jóvenes de otras regiones, están organizando fiestas y rifas para recaudar dinero. También venderán pulseras hasta el día de la partida hacia Río. Paula, que participó de la JMJ Madrid, en 2011, espera que la Jornada de Río sea igual.

«Mucha diversión, muchos jóvenes en oración. Que sea un evento para revitalizarnos en la fe. Además de eso, que, al ver papa Francisco, podamos tener una emoción viva del amor de Dios. Espero encontrar el amor de Dios en cristianos del mundo entero y ver la fuerza de la fe y la animación de una Iglesia que está viva en el mundo todo» dice Paula.