El maná de cada día, 1.12.13

noviembre 30, 2013

Domingo I de Adviento, comienzo del Ciclo A

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Tercer día de la novena a la Inmaculada Concepción

Al final de la entrada, una nota sobre la Corona de Adviento, orígenes, simbolismo y oraciones para cada domingo.

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074-FIRST SUNDAY OF ADVENT

Corona de Adviento. Primer domingo: ¡Estad en vela!

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Antífona de entrada: Sal 24,1-3.

A ti, Señor, levanto mi alma: Dios mío, en ti confío; no quede yo defraudado; que no triunfen de mí mis enemigos, pues los que esperan en ti no quedan defraudados.


Oración Colecta

Dios todopoderoso, aviva en tus fieles, al comenzar el Adviento, el deseo de salir al encuentro de Cristo, acompañados por las buenas obras, para que, colocados un día a su derecha, merezcan poseer el reino eterno. Por nuestros Señor Jesucristo.


PRIMERA LECTURA: Isaías 2, 1-5

Visión de Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y de Jerusalén:

Al final de los días estará firme el monte de la casa del Señor, en la cima de los montes, encumbrado sobre las montañas. Hacia él confluirán los gentiles, caminarán pueblos numerosos. Dirán: venid, subamos al mente del Señor, a la casa del Dios de Jacob.

El nos instruirá en sus caminos y marcharemos por sus sendas; porque de Sión saldrá la ley, de Jerusalén la palabra del Señor. Será el árbitro de las naciones, el juez de pueblos numerosos. De las espadas forjarán arados; de las lanzas, podaderas. No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra.

Casa de Jacob, ven; caminemos a la luz del Señor.


SALMO: 121

Qué alegría cuando me dijeron: “Vamos a la casa del Señor”.

Qué alegría cuando me dijeron: “Vamos a la casa del Señor”. Ya están pisando nuestros pies tus umbrales Jerusalén.

Allá suben las tribus, las tribus del Señor. Según la costumbre de Israel, a celebrar el nombre del Señor. En ella están los tribunales de justicia en el palacio de David.

Desead la paz a Jerusalén: vivan seguros los que te aman, haya paz dentro de tus muros, seguridad en tus palacios.

Por mis hermanos y compañeros voy a decir: “la paz contigo”. Por la casa del Señor nuestro Dios, te deseo todo bien.


SEGUNDA LECTURA: Romanos 13, 11-14

Hermanos:

Dios cuenta del momento en que vivís; ya es hora de espabilarse, porque ahora nuestra salvación está más cerca que cuando empezamos a creer. La noche está avanzada, el día se echa encima; dejemos las actividades de las tinieblas y pertrechémonos con las armas de la luz.

Conduzcámonos como en pleno día, con dignidad. Nada de comilonas ni borracheras, nada de lujuria ni desenfreno, nada de riñas ni pendencias. Vestíos del Señor Jesucristo y que el cuidado de nuestro cuerpo no fomente los malos deseos.


Aclamación antes del Evangelio: Sal 84,8

Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.


EVANGELIO: Mateo 24, 37-44

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé. Antes del diluvio, la gente comía y bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre:

Dos hombres estarán en el campo: a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán y a otra la dejarán.

Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.

Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejarla abrir un boquete en su casa.

Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.»


Antífona de comunión: Sal 84, 13

El Señor nos dará sus bienes y nuestra tierra dará su fruto.


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LECTIO DIVINA, DOMINGO 1º de ADVIENTO, CICLO A

Antes de abrir tu Biblia, abre tu corazón a la acción del Espíritu Santo

Paso 1. Disponerse: Antes de comenzar la lectura párate un rato, para ablandar tu corazón. Dale tiempo al Espíritu para que te prepare para acoger la Palabra.

Mt 24, 37-44

Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé. En los días antes del diluvio, la gente comía y bebía, se casaban los hombres y las mujeres tomaban esposo, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre: dos hombres estarán en el campo, a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo, a una se la llevarán y a otra la dejarán. Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría que abrieran un boquete en su casa. Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.

Paso 2. Leer: Busca comprender lo que dicen las palabras humanas del texto. En ellas encontrarás Palabra de Dios. Fíjate en estas tres expresiones: preparados, estar en vela, vendrá…

Paso 3. Escuchar:
¿Cómo te suena eso de estar en vela y alerta? ¿Entiendes lo del ladrón? ¿Qué te dice lo de preparar la venida del Señor?

Paso 4. Orar: ¿Cómo te deja el corazón esta lectura? ¿Qué te sale decir al Señor? Háblale desde la verdad que está pasando en tu vida.

Paso 5. Vivir: ¿Cuándo te vas enterar de todo lo que necesitas a Jesús? No es una doctrina, es un amigo que no te falla. Entrégale tu corazón, llena tu vida con Él.

http://semillas-edit.es/

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¡VELAD!

P. Raniero Cantalamessa, ofmcap

Empieza [el domingo] el primer año del ciclo litúrgico trienal, llamado año A. En él nos acompaña el Evangelio de Mateo. Algunas características de este Evangelio son: la amplitud con la que se refieren las enseñanzas de Jesús (los famosos sermones, como el de la montaña), la atención a la relación Ley-Evangelio (el Evangelio es la «nueva Ley»).

Se le considera como el Evangelio más «eclesiástico» por el relato del primado a Pedro y por el uso del término «Ecclesia», Iglesia, que no se encuentra en los otros tres Evangelios.

La palabra que destaca sobre todas, en el Evangelio de este primer domingo de Adviento, es: «Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor… Estad preparados, porque en el momento que menos penséis, vendrá el Hijo del hombre».

Se pregunta uno a veces por qué Dios nos esconde algo tan importante como es la hora de su venida, que para cada uno de nosotros, considerado singularmente, coincide con la hora de la muerte. La respuesta tradicional es: «Para que estuviéramos alerta, sabiendo cada uno que ello puede suceder en sus días» (San Efrén el Sirio).

Pero el motivo principal es que Dios nos conoce; sabe qué terrible angustia habría sido para nosotros conocer con antelación la hora exacta y asistir a su lenta e inexorable aproximación. Es lo que más atemoriza de ciertas enfermedades.

Son más numerosos hoy los que mueren de afecciones imprevistas de corazón que los que mueren de «penosas enfermedades». Si embargo dan más miedo estas últimas porque nos parece que privan de esa incertidumbre que nos permite esperar.

La incertidumbre de la hora no debe llevarnos a vivir despreocupados, sino como personas vigilantes. El año litúrgico está en sus comienzos, mientras que el año civil llega a su fin. Una ocasión óptima para hacer hueco a una reflexión sabia sobre el sentido de nuestra existencia.

La misma naturaleza en otoño nos invita a reflexionar sobre el tiempo que pasa. Lo que decía el poeta Giuseppe Ungaretti de los soldados en la trinchera del Carso, durante la primera guerra mundial, vale para todos los hombres:

«Se está / como en otoño / en los árboles / las hojas». Esto es, a punto de caer, de un momento a otro. «El tiempo pasa y el hombre no se da cuenta», decía Dante.

Un antiguo filósofo expresó esta experiencia fundamental con una frase que se ha hecho célebre: «panta rei», o sea, todo pasa. Ocurre en la vida como en la pantalla televisiva: los programas se suceden rápidamente y cada uno anula el precedente. La pantalla sigue siendo la misma, pero las imágenes cambian. Es igual con nosotros: el mundo permanece, pero nosotros nos vamos uno tras otro.

De todos los nombres, los rostros, las noticias que llenan los periódicos y los telediarios del día –de mí de ti, de todos nosotros–, ¿qué permanecerá de aquí a algún año o década? Nada de nada. El hombre no es más que «un trazo que crea la ola en la arena del mar y que borra la ola siguiente».

Veamos qué tiene que decirnos la fe a propósito de este dato de hecho de que todo pasa. «El mundo pasa, pero quien cumple la voluntad de Dios permanece para siempre» (1 Jn 2, 17).

Así que existe alguien que no pasa, Dios, y existe un modo de que nosotros no pasemos del todo: hacer la voluntad de Dios, o sea, creer, adherirnos a Dios.

En esta vida somos como personas en una balsa que lleva un río en crecida a mar abierto, sin retorno. En cierto momento, la balsa pasa cerca de la orilla. El náufrago dice: «¡Ahora o nunca!», y salta a tierra firme. ¡Qué suspiro de alivio cuando siente la roca bajo sus pies! Es la sensación que experimenta frecuentemente quien llega a la fe.

Podríamos recordar, como conclusión de esta reflexión, las palabras que santa Teresa de Ávila dejó como una especie de testamento espiritual: «Nada te turbe, nada te espante. Todo se pasa. Sólo Dios basta».

Homilética.org


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NOVENA A LA INMACULADA CONCEPCIÓN

milagrosa

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DÍA TERCERO

La Anunciación


Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» (Lc 1,38)

Oración

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios; no desprecies las plegarias que te dirigimos en nuestras necesidades; antes bien, líbranos siempre de todo peligro, ¡oh Virgen gloriosa y bendita!

Reflexión

Los teólogos sostienen que seguramente María sería una adolescente cuando el Ángel Gabriel le transmitió el anuncio de salvación de parte de Dios. Ese día, Dios reveló a María su vocación y el papel que jugaría en la salvación del mundo. Le reveló que él tenía un Hijo que vendría al mundo para salvar a todos los hombres del pecado, la muerte y el dominio de Satanás. Dios le pidió a María, la nueva Eva, que fuera la madre virgen de su Hijo eterno. Su plan dependía del «Sí» de María. Dios quería abrir las compuertas de la misericordia a la humanidad a través del consentimiento de María para ser la Madre virgen de Dios hecho hombre. Dios, que no necesita a nadie para hacer lo que se propone, quiso enviarnos a su Hijo a través del asentimiento de fe de María.

María ofició ante Dios de representante del Pueblo de Israel, y más aún, de todo el género humano. En ese momento, todo dependió de su fiat, de su hágase en mí según tu palabra. En el Concilio Vaticano II, la Iglesia enfatizó la idea de la participación activa de María en la redención del mundo. Los Padres conciliares recordaron las palabras de San Ireneo de Lyon, obispo del siglo II.

Así María, hija de Adán, al aceptar el mensaje divino, se convirtió en Madre de Jesús, y al abrazar de todo corazón y sin entorpecimiento de pecado alguno la voluntad salvífica de Dios, se consagró totalmente como esclava del Señor a la persona y a la obra de su Hijo, sirviendo con diligencia al misterio de la redención con El y bajo El, con la gracia de Dios omnipotente. Con razón, pues, piensan los Santos Padres que María no fue un instrumento puramente pasivo en las manos de Dios, sino que cooperó a la salvación de los hombres con fe y obediencia libres. Como dice San Ireneo, «obedeciendo, se convirtió en causa de salvación para sí misma y para todo el género humano.» Por eso no pocos Padres antiguos afirman gustosamente con él en su predicación que «el nudo de la desobediencia de Eva fue desatado por la obediencia de María; que lo atado por la virgen Eva con su incredulidad, fue desatado por la virgen María mediante su fe;» y comparándola con Eva, llaman a María «Madre de los vivientes,» afirmando aún con mayor frecuencia que «la muerte vino por Eva, la vida por María» (Lumen Gentium, 56).

A través del poder del Altísimo que la cubrió con su sombra, María abrazó a Cristo, primero con su mente por la fe, luego con su corazón por medio de la esperanza y la caridad, y finalmente con su cuerpo mediante el milagro que sólo Dios podía realizar. Ella consintió con todo su ser su maternidad virginal con la plena conciencia de que su hijo se llamaría Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados (Mateo 1,21). Con su fiat, María nos dio a Jesús, por lo cual en los planes de Dios, es la humana causa de nuestra salvación. Todo lo bueno en nuestras vidas, lo debemos a María, la Causa de nuestra alegría.


Oración

Dios, Padre Todopoderoso, cuando María se entregó a tu Palabra, concibió a Cristo primero en su mente por la fe, después en su corazón por la esperanza y el amor, y finalmente en su cuerpo por obra de tu Espíritu Santo. Gracias a su deseo de ser la madre de tu Hijo, María abrió para todos los hombres las compuertas de tu amor misericordioso. Que ella ayude a todos los hombres a vivir en fe, esperanza y caridad, obedeciendo tu voluntad. Que ella nos recuerde siempre que lo que Tú quieres es dar la salvación a nuestros hermanos por medio de nuestra fe y buenas obras. Ayúdanos a aceptar plenamente nuestra responsabilidad en la lucha contra la cultura de la muerte y la promoción de la cultura de la vida en nuestra sociedad. Te lo pedimos por Cristo, Nuestro Señor. Amén.


V. Oh María, sin pecado concebida.
R. Ruega por nosotros que recurrimos a Ti.


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Adviento, desear a Dios

Adviento, desear a Dios

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La corona o guirnalda de Adviento es el primer anuncio de Navidad. El Adviento inicia el 2 de diciembre

La palabra ADVIENTO es de origen latín y quiere decir VENIDA. Es el tiempo en que los cristianos nos preparamos para la venida de Jesucristo. El tiempo de adviento abarca cuatro semanas antes de Navidad.

Origen: La corona de adviento encuentra sus raíces en las costumbres pre-cristianas de los germanos (Alemania).

Nueva realidad: Los cristianos supieron apreciar la enseñanza de Jesús: Juan 8,12: «Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida.». La luz que prendemos en la oscuridad del invierno nos recuerda a Cristo que vence la oscuridad. Nosotros, unidos a Jesús, también somos luz: Mateo 5,14 «Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte.”

En el siglo XVI católicos y protestantes alemanes utilizaban este símbolo para celebrar el adviento: Aquellas costumbres primitivas contenían una semilla de verdad que ahora podía expresar la verdad suprema: Jesús es la luz que ha venido, que está con nosotros y que vendrá con gloria. Las velas anticipan la venida de la luz en la Navidad: Jesucristo.

La corona de adviento se hace con follaje verde sobre el que se insertan cuatro velas. Tres velas son color violeta, una es rosa. El primer domingo de adviento encendemos la primera vela y cada domingo de adviento encendemos una vela más hasta llegar a la Navidad. La vela rosa corresponde al tercer domingo y representa el gozo. Mientras se encienden las velas se hace una oración, utilizando algún pasaje de la Biblia y se entonan cantos. Esto lo hacemos en las misas de adviento y también es recomendable hacerlo en casa, por ejemplo antes o después de la cena. Si no hay velas de esos colores aun se puede hacer la corona ya que lo más importante es el significado: la luz que aumenta con la proximidad del nacimiento de Jesús quien es la Luz del Mundo. La corona se puede llevar a la iglesia para ser bendecida por el sacerdote.

La corona de adviento encierra varios simbolismos:

La forma circular: El círculo no tiene principio ni fin. Es señal del amor de Dios que es eterno, sin principio y sin fin, y también de nuestro amor a Dios y al prójimo que nunca debe de terminar.

Las ramas verdes: Verde es el color de esperanza y vida. Dios quiere que esperemos su gracia, el perdón de los pecados y la gloria eterna al final de nuestras vidas. El anhelo más importante en nuestras vidas debe ser llegar a una unión más estrecha con Dios, nuestro Padre.

Las cuatro velas: Nos hacen pensar en la obscuridad provocada por el pecado que ciega al hombre y lo aleja de Dios. Después de la primera caída del hombre, Dios fue dando poco a poco una esperanza de salvación que iluminó todo el universo como las velas la corona. Así como las tinieblas se disipan con cada vela que encendemos, los siglos se fueron iluminando con la cada vez más cercana llegada de Cristo a nuestro mundo. Son cuatro velas las que se ponen en la corona y se prenden de una en una, durante los cuatro domingos de adviento al hacer la oración en familia.

Las manzanas rojas que adornan la corona: Representan los frutos del jardín del Edén con Adán y Eva que trajeron el pecado al mundo pero recibieron también la promesa del Salvador Universal.

El listón rojo: Representa nuestro amor a Dios y el amor de Dios que nos envuelve.

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Corona de Adviento: Origen, simbolismo y oraciones.

Corona de Adviento: Origen, simbolismo y oraciones

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BENDICIÓN DE LA CORONA DE ADVIENTO

En algunas parroquias o colegios se hace la bendición de las Coronas de Adviento. Si no se puede asistir a estas celebraciones, se puede hacer la bendición en familia con la siguiente oración:

Señor Dios, bendice con tu poder nuestra corona de adviento

para que, al encenderla, despierte en nosotros

el deseo de esperar la venida de Cristo practicando las buenas obras,

y para que así, cuando Él llegue, seamos admitidos al Reino de los Cielos.

Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.

Todos: Amén.

La bendición de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre esta Corona y sobre todos los que con ella queremos preparar la venida de Jesús.

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PROPONEMOS ESTE ESQUEMA SENCILLO PARA ORAR AL ENCENDER LA VELA DE ADVIENTO

PRIMER DOMINGO   LLAMADA A LA VIGILANCIA

ENCENDIDO DE LA VELA. Oración.

Guía: Encendemos, Señor, esta luz, como aquel que enciende su lámpara para salir, en la noche, al encuentro del amigo que ya viene. En esta primer semana de Adviento queremos levantarnos para esperarte preparados, para recibirte con alegría. Muchas sombras nos envuelven. Muchos halagos nos adormecen.

Queremos estar despiertos y vigilantes, porque tú traes la luz más clara, la paz más profunda y la alegría más verdadera. ¡Ven, Señor Jesús! ¡Ven, Señor Jesús!

SEGUNDO DOMINGO

ENCENDIDO DE LA VELA. Oración.

Guía: Los profetas mantenían encendida la esperanza de Israel. Nosotros, como un símbolo, encendemos estas dos velas. El viejo tronco está rebrotando se estremece porque Dios se ha sembrado en nuestra carne…

Que cada uno de nosotros, Señor, te abra su vida para que brotes, para que florezcas, para que nazcas y mantengas en nuestro corazón encendida la esperanza. ¡Ven pronto, Señor! ¡Ven, Salvador!

TERCER DOMINGO

ENCENDIDO DE LA VELA. Oración.

Guía: En las tinieblas se encendió una luz, en el desierto clamó una voz. Se anuncia la buena noticia: ¡El Señor va a llegar! ¡Preparen sus caminos, porque ya se acerca! Adornen su alma como una novia se engalana el día de su boda. ¡Ya llega el mensajero!. Juan Bautista no es la luz, sino el que nos anuncia la luz.

Cuando encendemos estas tres velas cada uno de nosotros quiere ser antorcha tuya para que brilles, llama para que calientes. ¡Ven, Señor, a salvarnos, envuélvenos en tu luz, caliéntanos en tu amor!

CUARTO DOMINGO

SE ENCIENDEN LAS CUATRO VELAS

Humildad y gloria

El Nacimiento de Jesús

Guía: Lectura del Evangelio según San Lucas (2:6-7)

“Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron

los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito,

le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento.”

“Palabra de Dios”

Todos: “Te alabamos Señor”.


El maná de cada día, 30.11.13

noviembre 30, 2013

San Andrés, apóstol

Segundo día de la novena a la Inmaculada Concepción

San Andrés, por El Greco



Antífona de entrada: Mt 4, 18-19

El Señor, junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos, a Pedro y Andrés, y los llamó: Veníos conmigo y los haré pescadores de hombres.


Oración colecta

Protégenos, Señor, con la constante intercesión del apóstol san Andrés a quien escogiste para ser predicador y pastor de tu Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo.


PRIMERA LECTURA: Romanos 10, 9-18

Si tus labios profesan que Jesús es el Señor, y tu corazón cree que Dios lo resucitó de entre los muertos, te salvarás. Por la fe del corazón llegamos a la justificación, y por la profesión de los labios, a la salvación. Dice la Escritura: «Nadie que cree en él quedará defraudado.»

Porque no hay distinción entre judío y griego; ya que uno mismo es el Señor de todos, generoso con todos los que lo invocan. Pues «todo el que invoca el nombre del Señor se salvará.»

Ahora bien, ¿cómo van a invocarlo, si no creen en él?; ¿cómo van a creer, si no oyen hablar de él?; y ¿cómo van a oír sin alguien que proclame?; y ¿cómo van a proclamar si no los envían? Lo dice la Escritura: «¡Qué hermosos los pies de los que anuncian el Evangelio!»

Pero no todos han prestado oído al Evangelio; como dice Isaías: «Señor, ¿quién ha dado fe a nuestro mensaje?» Así pues, la fe nace del mensaje, y el mensaje consiste en hablar de Cristo.

Pero yo pregunto: «¿Es que no lo han oído?» Todo lo contrario: «A toda la tierra alcanza su pregón, y hasta los límites del orbe su lenguaje.»


SALMO 18, 2-3.4-5

A toda la tierra alcanza su pregón.

El cielo proclama la gloria de Dios, el firmamento pregona la obra de sus manos: el día al día le pasa el mensaje, la noche a la noche se lo susurra.

Sin que hablen, sin que pronuncien, sin que resuene su voz, a toda la tierra alcanza su pregón y hasta los límites del orbe su lenguaje.


Aclamación antes del Evangelio: Mt 4, 19

Venid y seguidme -dice el Señor- y os haré pescadores de hombres.


EVANGELIO: Mateo 4, 18-22

En aquel tiempo, pasando Jesús junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos, a Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés, su hermano, que estaban echando el copo en el lago, pues eran pescadores. Les dijo: «Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres.»

Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Y, pasando adelante, vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo Zebedeo, y a Juan, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre. Jesús los llamó también. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.


Antífona de comunión: Jn 1, 41-42

Dijo Andrés a su hermano Simón: Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo). Y lo llevó a Jesús.
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San Andrés,  Apóstol

Andrés, nacido en Betsaida, fue primeramente discípulo de Juan Bautista, siguió después a Cristo y le presentó también a su hermano Pedro. Él y Felipe son los que llevaron ante Jesús a unos griegos, y el propio Andrés fue el que hizo saber a Cristo que había un muchacho que tenía unos panes y unos peces. Según la tradición, después de Pentecostés predicó el Evangelio en muchas regiones y fue crucificado en Acaya.


HEMOS ENCONTRADO AL MESÍAS

De las homilías de san Juan Crisóstomo, obispo,
sobre el evangelio de san Juan

Andrés, después de permanecer con Jesús y de aprender de él muchas cosas, no escondió el tesoro para sí solo, sino que corrió presuroso en busca de su hermano, para hacerle partícipe de su descubrimiento. Fíjate en lo que dice a su hermano: Hemos encontrado al Mesías, que significa Cristo. ¿Ves de qué manera manifiesta todo lo que había aprendido en tan breve espacio de tiempo?

Pues, por una parte, manifiesta el poder del Maestro, que les ha convencido de esto mismo, y, por otra, el interés y la aplicación de los discípulos, quienes ya desde el principio se preocupaban de estas cosas.

Son las palabras de un alma que desea ardientemente la venida del Señor, que espera al que vendrá del cielo, que exulta de gozo cuando se ha manifestado y que se apresura a comunicar a los demás tan excelsa noticia.

Comunicarse mutuamente las cosas espirituales es señal de amor fraterno, de entrañable parentesco y de sincero afecto.

Pero advierte también, y ya desde el principio, la actitud dócil y sencilla de Pedro. Acude sin tardanza: Y lo llevó a Jesús, afirma el evangelio. Pero que nadie lo acuse de ligereza por aceptar el anuncio sin una detenida consideración. Lo más probable es que su hermano le contase más cosas detalladamente, pues los evangelistas resumen muchas veces los hechos, por razones de brevedad.

Además, no afirma que Pedro creyera al momento, sino que lo llevó a Jesús, y a él se lo confió, para que del mismo Jesús aprendiera todas las cosas. Pues había también otro discípulo que tenía los mismos sentimientos.

Si Juan Bautista, cuando afirma: Éste es el Cordero, y: Bautiza con Espíritu Santo, deja que sea Cristo mismo quien exponga con mayor claridad estas verdades, mucho más hizo Andrés, quien, no juzgándose capaz para explicarlo todo, condujo a su hermano a la misma fuente de la luz, tan contento y presuroso, que su hermano no dudó ni un instante en acudir a ella.
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NOVENA A LA INMACULADA CONCEPCIÓN

milagrosa

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DÍA SEGUNDO

El deseo de virginidad de María


María respondió al ángel: ¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón? (Lucas 1,34)


Oración

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios; no desprecies las plegarias que te dirigimos en nuestras necesidades; antes bien, líbranos siempre de todo peligro, ¡oh Virgen gloriosa y bendita!


Reflexión

Mucho antes de que el Ángel Gabriel diera a María el mensaje de que Dios la había elegido para ser la madre de su Hijo, ella había decidido entregarse entera y exclusivamente a través del don de la virginidad perpetua. María sabía que Dios había establecido una Alianza – un lazo familiar- con el Pueblo de Israel en el Monte Sinaí. El Señor se había mantenido fiel a las promesas de la Alianza, pero Israel había violado esa fidelidad. Con sus repetidas desobediencias a los Mandamientos de Dios, Israel demostró ser una esposa adúltera. María, consciente de la historia de su pueblo y dolida por las infidelidades narradas por los Profetas, anhelaba vivir amando a Dios como su esposa fiel para reparar los pecados de su pueblo.

A continuación, la descripción del Papa Juan Pablo II del deseo de María de permanecer virgen toda su vida:

Ella misma deseaba encarnar en sí la imagen de la esposa completamente fiel y plenamente entregada al Espíritu divino y, por eso, se convierte en el comienzo del nuevo Israel, es decir, del pueblo querido por el Dios de la alianza en su corazón de esposo. María no usa, ni en el diálogo ni en el cántico, términos de la analogía nupcial, pero hace mucho más: confirma y consolida una consagración que ya está viviendo y que resulta su condición habitual de vida. En efecto, replica al Ángel de la anunciación: «No conozco varón» (Lc 1, 34). Es como si dijera: soy virgen consagrada a Dios y no quiero abandonar a este Esposo, porque creo que no lo quiere él, tan celoso de Israel, tan severo con quien lo ha traicionado, tan insistente en su misericordiosa llamada a la reconciliación. María es consciente de la infidelidad de su pueblo y quiere ser una esposa fiel al Esposo divino, tan amado.

Dios envió al Ángel Gabriel a la ciudad de Nazaret a decirle a María que había aceptado su deseo de pertenecerle exclusivamente a él y que, de hecho, él había puesto en ella ese deseo. El deseo de María de permanecer virgen era, en realidad, una respuesta al amor fiel de Dios hacia ella. El Ángel le anuncia a María que ella concebiría al hijo de Dios en su virginidad a través del poder del Espíritu Santo que vendría sobre ella y la cubriría con su sombra. Ella se convierte entonces en virgen, esposa y madre simultáneamente. La elección libre de María de permanecer virgen fue lo que posibilitó su pertenencia completa a Cristo como su madre y a cada uno de nosotros como nuestra madre amorosa. La Santísima Virgen María fue testigo de que el precioso valor de la virginidad existe siempre en orden al amor esponsal y la maternidad.


Oración

Dios Todopoderoso y Eterno, María se entregó a Ti sin reserva a través del don de su virginidad. Así como amó a Jesús con todo el corazón, sigue amando y sirviendo a todos sus hijos en la tierra. Por medio de su ejemplo, infunde en todos los miembros de tu Iglesia un aprecio más profundo del valor de la virginidad. Ayúdanos a comprender que la virginidad es el regalo perfecto que los esposos se entregan el uno al otro el día de su boda. Inspira a muchos jóvenes para que abracen una vida consagrada célibe o virgen en el sacerdocio o la vida religiosa. Enséñanos el significado de las palabras de tu Hijo: Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios (Mt 5,8). Te lo pedimos por Cristo, Nuestro Señor. Amén.


V. Oh María, sin pecado concebida.
R. Ruega por nosotros que recurrimos a Ti.


El gozo del Evangelio por Mons. Felipe Arizmendi

noviembre 29, 2013

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El Papa de la Evangelii  Gaudium, el Papa de la Alegría del Evangelio

El Papa de la Evangelii
Gaudium, el Papa de la Alegría del Evangelio

 

El gozo del Evangelio

Reflexiones del obispo de San Cristóbal de Las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel

Por Felipe Arizmendi Esquivel

SAN CRISTóBAL DE LAS CASAS, 27 de noviembre de 2013 (Zenit.org) – SITUACIONES

En una reunión de religiosas, unas a otras se exhortaban a no tener permanentemente una cara de palo, sino ser alegres y comunicar el gozo de su vocación.

Hay personas que se alejan de la Iglesia por el mal carácter de un agente de pastoral, porque no les trató bien, no les infundió confianza, su aspecto provoca miedo, o porque consideran que son muchos los requisitos para recibir un sacramento…

Unos cristianos sienten el mandato de participar en la Misa dominical como una carga, un peso, una obligación, una costumbre; no han descubierto el tesoro de luz, de paz y de energía interior que Dios les ofrece gratuitamente.

Otros consideran los mandamientos como normas que les impiden gozar la vida, siendo que son caminos para garantizarnos precisamente el disfrute de una vida serena, justa, fraterna y socialmente pacífica.

Así como hay creyentes que sólo buscan el sentimiento religioso, cantar y aplaudir, rezar y buscar sanación, otros presentan el seguimiento de Jesús sólo bajo el aspecto de obligaciones, deberes, responsabilidades y leyes.

Se insiste sólo en denunciar, en echar culpas a los demás, en condenar prácticas religiosas con poco o nulo compromiso social, en muchos análisis de todo tipo, sin resaltar también la misericordia de Dios, el amor compasivo de Jesús, la fuerza de la oración contemplativa, la vitalidad que nos da la Eucaristía, la luz inspiradora de la Palabra de Dios.

Somos, como se dice en Aparecida, “evangelizadores tristes y desalentados, impacientes o ansiosos”, cuando deberíamos ser “ministros del Evangelio cuya vida irradia el fervor de quienes han recibido, ante todo en sí mismos, la alegría de Cristo” (DA 552).

ILUMINACION

El Papa Francisco acaba de ofrecernos su primera Exhortación Apostólica con un título muy expresivo: El gozo del Evangelio. Transcribo sólo algunos puntos del índice:

Alegría que se renueva y se comunica. La dulce y confortadora alegría de evangelizar. La nueva evangelización para la transmisión de la fe. Una Iglesia en salida. Una impostergable renovación eclesial. Desde el corazón del Evangelio. La misión que se encarna en los límites humanos. Una madre de corazón abierto.

Algunos desafíos del mundo actual: No a una economía de la exclusión. No a la nueva idolatría del dinero. No a un dinero que gobierna en lugar de servir. No a la inequidad que genera violencia. Algunos desafíos culturales. Desafíos de la inculturación de la fe. Desafíos de las culturas urbanas.

Tentaciones de los agentes pastorales. Sí al desafío de una espiritualidad misionera. No a la acedia egoísta. No al pesimismo estéril. Sí a las relaciones nuevas que genera Jesucristo. No a la mundanidad espiritual. No a la guerra entre nosotros. Otros desafíos eclesiales.

Todo el Pueblo de Dios anuncia el Evangelio: Un pueblo para todos. Un pueblo con muchos rostros. Todos somos discípulos misioneros. La fuerza evangelizadora de la piedad popular. Persona a persona. Carismas al servicio de la comunión evangelizadora. Cultura, pensamiento y educación.

Las repercusiones comunitarias y sociales del kerygma: Confesión de la fe y compromiso social. El Reino que nos reclama. La enseñanza de la Iglesia sobre cuestiones sociales.

La inclusión social de los pobres: Unidos a Dios escuchamos un clamor. Fidelidad al Evangelio para no correr en vano. El lugar privilegiado de los pobres en el pueblo de Dios. Economía y distribución del ingreso. Cuidar la fragilidad.

El bien común y la paz social. La unidad prevalece sobre el conflicto. La realidad es más importante que la idea. El diálogo social como contribución a la paz.

Motivaciones para un renovado impulso misionero: El encuentro personal con el amor de Jesús que nos salva. El gusto espiritual de ser pueblo. La acción misteriosa del Resucitado y de su Espíritu. La fuerza misionera de la intercesión. María, Madre de la evangelización.

COMPROMISOS

Procuremos leer, meditar y practicar esta bella, sencilla y profunda exhortación papal. Y pidamos al Espíritu Santo que nos renueve personal y eclesialmente, para que impulsemos una nueva evangelización.


El maná de cada día, 29.11.13

noviembre 29, 2013

Viernes de la 34ª semana del Tiempo Ordinario

Hoy comienza la Novena de la Inmacula

Primer día de la novena a la Inmaculada Concepción

Cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.



PRIMERA LECTURA: Daniel 7, 2-14

Yo, Daniel, tuve una visión nocturna: los cuatro vientos del cielo agitaban el océano. Cuatro fieras gigantescas salieron del mar, las cuatro distintas.

La primera era como un león con alas de águila; mientras yo miraba, le arrancaron las alas, la alzaron del suelo, la pusieron de pie como un hombre y le dieron mente humana.

La segunda era como un oso medio erguido, con tres costillas en la boca, entre los dientes. Le dijeron: «¡Arriba! Come carne en abundancia.»

Después vi otra fiera como un leopardo, con cuatro alas de ave en el lomo y cuatro cabezas. Y le dieron el poder.

Después tuve otra visión nocturna: una cuarta fiera, terrible, espantosa, fortísima; tenía grandes dientes de hierro, con los que comía y descuartizaba, y las sobras las pateaba con las pezuñas. Era diversa de las fieras anteriores, porque tenía diez cuernos.

Miré atentamente los cuernos y vi que entre ellos salía otro cuerno pequeño; para hacerle sitio, arrancaron tres de los cuernos precedentes. Aquel cuerno tenía ojos humanos y una boca que profería insolencias.

Durante la visión, vi que colocaban unos tronos, y un anciano se sentó; su vestido era blanco como nieve, su cabellera como lana limpísima; su trono, llamas de fuego; sus ruedas, llamaradas. Un río impetuoso de fuego brotaba delante de él. Miles y miles le servían, millones estaban a sus órdenes.

Comenzó la sesión y se abrieron los libros. Yo seguía mirando, atraído por las insolencias que profería aquel cuerno; hasta que mataron a la fiera, la descuartizaron y la echaron al fuego. A las otras fieras les quitaron el poder, dejándolas vivas una temporada.

Mientras miraba, en la visión nocturna vi venir en las nubes del cielo como un hijo de hombre, que se acercó al anciano y se presentó ante él. Le dieron poder real y dominio; todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin.


SALMO: Dn 3, 75.76.77.78.79.80.81

Ensalzadlo con himnos por los siglos.

Montes y cumbres, bendecid al Señor.

Cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.

Manantiales, bendecid al Señor.

Mares y ríos, bendecid al Señor.

Cetáceos y peces, bendecid al Señor.

Aves del cielo, bendecid al Señor.

Fieras y ganados, bendecid al Señor.


Aclamación antes del Evangelio: Lc 21, 28

Levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación.



EVANGELIO: Lucas 21, 29-33

En aquel tiempo, expuso Jesús una parábola a sus discípulos:

«Fijaos en la higuera o en cualquier árbol: cuando echan brotes, os basta verlos para saber que el verano está cerca. Pues, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios.

Os aseguro que antes que pase esta generación todo eso se cumplirá. El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán.»
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MIRAD, QUE YA ESTÁ LLEGADO

Arquidiócesis de Madrid/Homilética.org

Las visiones del capítulo 7 del complejo libro de Daniel son fastuosas. Verdaderamente estamos en los tiempos últimos.

Luego, finalizando el NT, veremos cómo el Apocalipsis retoma esas imágenes y visiones para hablarnos de los cielos nuevos y de la tierra nueva, de la Jerusalén celeste que baja desde el trono de Dios, de la liturgia celestial, de la cual la nuestra es imagen y signo.

Nos adentramos, pues, en un terreno maravilloso de visiones. Visiones de los últimos tiempos. Tiempos de triunfo del Anciano vestido de blanco y del Hijo del hombre. Tiempos en los que se establecerá su reinado definitivo.

Tiempos a los que nosotros estaremos asociados, por encima de todas las persecuciones de reinos sucesivos que llegarán al espacio político y, luego, veremos caer con nuestros ojos. Tiempo para el que se nos muestra un comportamiento ético. Tiempos últimos, tiempos de resistencia, porque, mirad, ya llega.

¿Cómo interpretar esas cuatro fieras tan espantosas?, ¿y su dominio? Hay un esencial efecto estético. Leemos esas páginas, sobre todo en tiempos de dureza, de persecución, en los que no parece haber expectativas, tiempos en los que vivir con esperanza es cosa imposible, dura por demás, y comprendemos cómo la historia de los reinos está en las manos del Señor.

Que no hemos sido abandonados a las gigantescas fieras que quieren dominarnos; que buscan acallarnos, dejándonos en el puro tembleque ante su fuerza imperiosa; que quieren corrompernos; que deciden quedarse con nosotros. Ellas pasarán, mirad, ya están pasando, mirad cómo desaparecen, meros azucarillos que se deshacen, su poder no era definitivo.

Ellos así lo creían, y estuvieron a punto de convencernos, de modo que nos hubieran hecho suyos para siempre. Pero no, mirad, entre los cuatro cuernos nace uno pequeño que arrancó a los cuatro. Cuerno con ojos humanos que profería insolencias.

Pero, no, mirad al Anciano en su trono de fuego, miles le sirven, millones están a sus órdenes. Seguí mirando, atraído por las insolencias que decía aquél cuerno, hasta que desapareció la fiera, arrojada al fuego.

Mirad, no tengáis miedo, pues el Señor vence y nos salva. Somos de los suyos, por la fe se hizo con nosotros, pasaremos angustias y persecuciones —individuales y comunitarias, no lo olvidemos—, pero, mirad, ya está llegando nuestra salvación —individual y comunitaria también—, el reinado del Anciano.

Seguí mirando y vi venir una especie de hombre —vi venir al Hijo del hombre— entre las nubes del cielo. Vemos a Cristo que asciende al trono de su Padre, y a él se le dio honor, poder y reino. Y a él se acercarán todos los pueblos. Su poder es eterno, no acabará.

¿Por qué no habríamos de dar este sentido cristológico a las lecturas de Daniel?, ¿por qué, si no, han sido proclamadas en nuestra liturgia?, ¿no hablan también de nosotros y de nuestro Cristo?, ¿no se da cumplimiento en el nuevo testamento al antiguo?, ¿no es esa siempre nuestra lectura del AT?

Y siempre quiere decir que no es cosa ni de hoy ni de ayer, sino que el NT se construye línea a línea como la completud-plenitud del AT, el lugar, mejor, la persona, Cristo Jesús, en donde se realiza ese cumplimiento de las promesas de Dios a su pueblo.

¿Qué haremos, pues? Ensalzadlo siempre con himnos. Que nosotros y cuanto germina alabe al Señor. Que los seres todos le alaben, porque él es nuestra salvación y la suya. Somos fruto de su reinado. Mirad que ya llega. Mirad que su venida es definitiva. Ya está aquí, triunfante, para llevarnos.
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NOVENA A LA INMACULADA CONCEPCIÓN

milagrosa

 

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DÍA PRIMERO

La Inmaculada Concepción de la Madre de Dios


¡Toda hermosa eres, amada mía, no hay tacha en ti! (Cantar de los Cantares 4,7)


Oración

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios; no desprecies las plegarias que te dirigimos en nuestras necesidades; antes bien, líbranos siempre de todo peligro, ¡oh Virgen gloriosa y bendita!


Reflexión

Ya que Dios crea un alma inmortal a través de la unión conyugal del hombre y la mujer, la concepción de toda persona humana es sagrada. Dios llama a la existencia a la persona con su amor, incluso si la concepción se da por un acto de lujuria o violencia.

Cuando la Virgen María fue concebida en el seno de su madre, Dios creó su alma inmortal y la llenó de su vida divina. En la Inmaculada Concepción, Dios redimió en forma especialísima a María preservándola del Pecado Original en previsión de los méritos de Cristo, el Salvador. Desde el primer instante de su vida, María era de una hermosura plena, llena de gracia (Lc 1,28), sin ningún rastro de egoísmo ni inclinación al pecado y con una libertad sin igual para amar a Dios y a todos los demás. En la concepción de María, Dios la dotó de las armas para destruir el reino de Satanás (Gen 3,15). La caridad de Cristo llenó a María desde el primer instante de su existencia, dentro del vientre de su madre.

Con estas palabras proclamó el Papa Pío IX el Dogma de la Inmaculada Concepción: Declaramos, pronunciamos y definimos que la doctrina que sostiene que la Santísima Virgen María, desde el primer instante de su concepción, por singular gracia y privilegio de Dios Todopoderoso, en previsión de los méritos de Jesucristo, Salvador del género humano, fue preservada de toda mancha del pecado original, es doctrina revelada por Dios y por consiguiente debe ser creída firme y constantemente por todos los fieles.

La buena noticia de la Inmaculada Concepción es que hay más amor en el alma inmaculada de María que mal en el mundo. En su Inmaculada Concepción, Dios dotó a María de la capacidad para dar su sí libremente a su plan de salvación en Cristo y para ayudarnos a nosotros, sus hijos, a decir también que .


Oración

Dios, Padre Todopoderoso, en el momento de nuestra concepción llamaste a cada uno de nosotros a la existencia con tu amor. Amaste a María asombrosamente en su Inmaculada Concepción, preservándola de heredar el pecado de Adán por los méritos anticipados del Salvador. La preparaste en su concepción para ser la Madre y compañera de tu Hijo y nuestra madre amorosa. Concede a toda persona una reverencia cada vez más honda hacia tu presencia y acción creadora en la concepción humana. Ayuda a todos a reconocer el mal que hay en el aborto y la anticoncepción, y todos los pecados que ofenden a nuestro Dios Creador. Que en el abrazo maternal de María, cada cristiano promueva el respeto y la veneración a la vida humana en todas sus etapas. Te lo pedimos por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.


V. Oh María, sin pecado concebida
R. Ruega por nosotros que recurrimos a Ti.


¿Qué sucede cuando un experto directivo en marketing global sale a hacer evangelización callejera?

noviembre 28, 2013

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José Carlos González-Hurtado, en el centro, a la hora de la comida en Arde Complutum, entre dos compañeros evangelizadores

José Carlos González-Hurtado, en el centro, a la hora de la comida en Arde Complutum, entre dos compañeros evangelizadores

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www.religionenlibertad.com
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José Carlos González-Hurtado y Collado es un español que ha tenido relevantes cargos como directivo comercial internacional, primero con Procter&Gamble y hasta hace unos meses como jefe comercial global de Carrefour.

A raíz de su estancia en Israel entre 2001 y 2003 experimentó un avivamiento de su fe, un mayor deseo por compartir «las cosas de Dios».

El pasado verano participó en la Escuela de Evangelización «Arde Complutum» de Alcalá, que da formación para evangelizar y entrena en la experiencia de «evangelización callejera», por las calles, sin ninguno de los recursos con los que cuenta normalmente un director comercial para «vender».

¿Qué tiene que decir un experto en marketing sobre esta experiencia? Y dado que Juan Pablo II definió la Nueva Evangelización como «nueva en el ardor, nueva en el lenguaje, nueva en los métodos», ¿cómo valora un experto en marketing este ardor, lenguaje y métodos?

A todo ello responde con el testimonio que publicó para «Arde Complutum» después de su experiencia de verano, testimonio que reproducimos aquí.

Un experto en marketing, descubriendo la Nueva Evangelización

Mi nombre es José Carlos González-Hurtado y Collado, soy español, residente en Francia desde hace más de tres años. Aunque visito España con frecuencia, tengo familia y casa en Madrid y me considero español, he vivido más de la mitad de mi vida fuera de mi país y los últimos quince años de continuo (en Alemania, Ucrania, Israel, Suiza…).

Mis estudios superiores los cursé en la Universidad Pontificia Comillas –ICADE- regida por la Compañía de Jesús y residí durante unos años en el Colegio Mayor Moncloa dirigido por el Opus Dei en Madrid. No pertenezco a ningún movimiento dentro de la Iglesia.

Siempre me he considerado católico pero lo era tibiamente hasta lo que algunos considerarían mi “conversión” durante mi estancia en Israel en los años 2001 al 2003.

Hasta hace pocos meses era el “Chief Commercial Officer, Member of the Executive Board” del Grupo Carrefour (Jefe comercial global y miembro del Consejo Ejecutivo), previamente trabajé durante más de veinte años en una multinacional americana (Procter & Gamble) donde me formé en el mundo empresarial, ascendí hasta Vicepresidente y –más importante- conocí a quien es hoy mi mujer y “mi camino hacia el Cielo”, Doris.

Finalmente, soy el feliz padre de seis hijos (Cristina, Teresa, Sofía, Paula, Clara y Diego… así llamado en recuerdo y honor de San Diego de Alcalá).

Conocí “Arde Complutum 2013” (en adelante AC) a través de un artículo de periódico que leí en uno de mis viajes a España. Providencialmente las reuniones y viajes que yo tenía previstos para la semana en que se iba a desarrollar AC fueron cancelados.

Pedí referencias sobre la semana de Evangelización AC a un sacerdote amigo y de toda confianza de la diócesis de Alcalá que me animó a acudir y me puso en contacto con los organizadores. […]

Durante una semana en Alcalá, Ajalvir, los Berrocales, Paracuellos y de vuelta en Alcalá se han acumulado infinidad de experiencias, riquísimas en lo personal y grandiosas en lo espiritual. Nada podía haberme hecho imaginar la enormidad que Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo estaban preparando para esa semana. […]

Permítaseme hacer algunas consideraciones generales que quizás puedan ser de utilidad… al fin y al cabo soy hombre de empresa, con una vertiente práctica que acostumbra analizar los hechos y sacar conclusiones que permitan preparar “siguientes pasos”.

Hay, a mi juicio, muchos y enormes aprendizajes que la Iglesia, y en concreto la Iglesia en España debe adquirir de experiencias como AC.

Por mi parte tengo la ventaja -creo yo- de haber vivido fuera de España durante mucho tiempo y en prácticamente todos los confines del mundo por lo que quizá disfrute de mayor capacidad de comparación y de sorpresa, como el pariente que regresa cada cierto tiempo es más capaz de ver las transformaciones en el niño que crece, y que no se observan al convivir con él todos los días. […]

Querría llamar la atención sobre algunas conclusiones después de hablar con cientos de personas y reflexionar sobre lo mucho que he visto y escuchado.

1) Experiencias como Arde Complutum (sacar la Evangelización “a la calle”) son enormemente necesarias y urgentes.

Encontré 3 grupos de personas con perfiles y reacciones muy distintas.

A) los menores de 25 años, de ellos aproximadamente 1 de cada 4 ó 5 no están bautizados (¡!) y otros tantos son de otras confesiones (musulmanes -generalmente norteafricanos-, ortodoxos -generalmente rumanos- y protestantes de distintas denominaciones -generalmente iberoamericanos-).

Del resto, de los bautizados en la Santa Iglesia Católica apenas había quien practicara… muchos, la mayoría, no habían acudido al sacramento de la confesión desde la primera comunión y muchos, la mayoría, no se habían confirmado…

¿La buena noticia? Que su actitud hacia la Iglesia o hacia el clero no es en absoluto de rechazo, es casi y en muchos casos de simpatía… muchos aceptaron la invitación de entrar a la Iglesia, rezar e incluso confesarse.

La mayoría tienen curiosidad, escuchan sinceramente, son receptivos y sólo necesitan una sugerencia amistosa, una invitación sincera para encontrarse con el Señor. La sorpresa no tan positiva fue ver que tienen una inmensa ignorancia en temas de religión (muchos no conocían ninguna oración, alguno no sabía santiguarse).

B) Los de 40-60 años, son los de mi generación y una anterior… Los que de entre ellos están alejados de la Iglesia parecen tener, y lamento decirlo, un corazón más duro. Muchos se declaran ateos o apóstatas, varios virulentamente anticlericales.

Su alejamiento de la Iglesia tiene mucho que ver con ideologías políticas de odioso recuerdo y que yo hubiera creído superadas… pero que han dejado un poso de falsedades, lugares comunes y prejuicios que parecen haber anclado esas almas en lo peor del pasado siglo.

C) Finalmente, los mayores de 70 años, muy distintos de los otros dos grupos… todos –practicantes o no- se sabían la “teórica”, y la mayoría aceptaban las verdades de la Fe… Muchos de los que no practicaban lo hacían por desidia o dejadez… o bien porque eran conscientes de que no podrían comulgar por estar en alguna situación irregular.

2) Arde Complutum (y en general experiencias de sacar la Evangelización a la calle) “funciona”. Yo lo he visto y doy testimonio y no he parado de hablar de ello desde que terminó AC. Jamás hubiera imaginado los “resultados” de experiencias de evangelización de este tipo.

«Si la Iglesia fuera mi negocio…»

Ahora hablaré desde el punto de vista puramente terrenal. Por mi trabajo soy un experto de márketing. Me he dedicado profesionalmente a cómo comunicar y publicitar, cómo cambiar hábitos o crear otros de la forma más efectiva… y lo he aprendido todo en la compañía más grande de bienes de consumo del mundo, la que más gasta en publicidad y en márketing, la que lo hace de forma más “científica” y posiblemente la que más sabe de ello.

Sé detectar y definir una necesidad de negocio y cómo solucionarla con una estrategia de comunicación y de márketing.

Bien, pues si la Iglesia fuera mi “negocio” (discúlpeseme el lenguaje) yo tendría como prioridad sacar a la Iglesia de los templos, y dirigirme a aquellos, que son muchos, que no saben nada de Jesucristo ni de su Iglesia –si no es por tergiversaciones malintencionadas leídas o vistas en los medios de comunicación-, y también “invertiría mis recursos“ en una “técnica” que he visto que funciona y da resultados espectaculares.

Exponer al Santísimo y luego que laicos y sacerdotes, jóvenes y menos jóvenes, consagrados y religiosos y familias enteras prediquen, e inviten a visitar al Señor y evangelicen por las calles y las plazas “funciona”.

También ayuda la “ambientación”: la iglesia en penumbra, las velas, las canciones al fondo… y Jesús en la custodia esperándonos en el altar.

No se me escapa que es el Espíritu Santo quien obra estos milagros, estas “metanoias” y nosotros somos sólo instrumentos… pero también sé que debemos poner nuestros mejores medios para cooperar con la Gracia, y también me consta que hay otros medios efectivos que servirían para extender el Reino que seguro también funcionarían, y que no se usan, váyase a saber por qué.

AC ha “funcionado” en todos los grupos a los que me he referido en el primer punto, a pesar de que son personas con muy distintas actitudes previas hacia la religión y hacia la Iglesia Católica.

Para todos haberse encontrado con misioneros–evangelizadores católicos fue un aldabonazo inesperado… unos aprendieron algo, otros se cuestionaron mucho, y los últimos recordaron otro tanto que tenían olvidado.

He visto a muchos entrar por primera vez en una Iglesia, otros muchos rezar delante del Santísimo por primera vez en décadas, otros confesarse también por primera vez, algunos manifestar que querían ser bautizados, y todos, todos sorprenderse ante una Iglesia viva y alegre, tanto que puedo aventurar que todos mejoraron la imagen de la Iglesia… impresionados por gente normal que hablaba de Jesucristo y su Iglesia con amor, con alegría, con pasión, con convicción.

“Y no son curas… y no son viejos… y parecen normales” podía leer en alguno de los pensamientos de quienes nos encontrábamos e interpelábamos.

3) «Arde Complutum» también es una bendición para los evangelizadores. Incontables son las gracias, y no podría yo enumerarlas, pero baste decir que esta experiencia afianza la Fe, aumenta la Esperanza y nos hace sujetos y objetos de la Caridad.

No soy de los que crea que hace falta “sentir” a Dios para creer en Él, y en mi experiencia el sentimentalismo puede ser un peligro para alcanzar la Verdad… pero AC te hace “sentirte Iglesia”.

Ese sentimiento no es tenido como un “objetivo” sino que es una consecuencia genuina y positiva de la oración constante (Laudes, Vísperas, Lectio Divina…), del “estar pegado” a los sacramentos, la Eucaristía, la adoración al Santísimo… y del misionar y evangelizar con otros hermanos en la fe.

Otras consideraciones:

a) El Rezo del Santo Rosario en la calle: en AC, bien en Alcalá o después en las parroquias donde nos dispersamos rezábamos en grupo el Santo Rosario en la calle, en una plaza pública, delante de un Icono de Nuestra Señora.

Es, a mi juicio, otra práctica enormemente positiva. Participa de la estrategia que creo fundamental y ya mencionada: “Hace falta sacar la Iglesia de los templos”, que muestre a los no practicantes una Iglesia viva, diversa, y sinceramente creyente. [Bajo estas líneas, un «rosario callejero», de Arde Complutum].

Muchos de los ateos que encontré quedan perplejos ante “personas normales” con fe sincera… Como no conocen a ningún creyente y están constantemente sujetos a propaganda sectaria, producen un universo mental en que la Iglesia son “dos viejas, un lerdo y un cura que se aprovecha”. Cuando por primera vez ven otra realidad… he observado cómo esa construcción se tambalea, quedan perplejos, incluso escandalizados.

Por otro lado también he visto que muchas personas se añaden al rezo, algunos con indisimulado orgullo de ser parte de una Iglesia que tiene esa vitalidad y coraje, otros con timidez… todos con agradecimiento por ese rato de oración.

Tuve la fortuna de estar de misión en la parroquia de Ajalvir y Los Berrocales. Conozco al párroco, don Wálter Kowalski, desde hace años en que coincidimos en Alemania. Don Wálter me honra con su amistad, él es un sacerdote excelente, de enormes virtudes, fe y fidelidad a la Iglesia. Un hombre entregado a Dios y un gran ejemplo para la comunidad…

Esos días me invitó a quedarme en su casa, y después de la evangelización charlábamos de los acontecimientos del día en veladas largas que iban hasta altas horas de la madrugada.

En una de ellas me preguntó qué pensaba de hacer el rezo del Santo Rosario en la Plaza del pueblo algo habitual, “todos los primeros sábados”.  “Genial” -le dije-, “creo que es una idea fantástica, y creo que se debería hacer en todas las parroquias”. Y ahora más aún pienso que sería bueno hacerlo y mucho y en todos los lugares…

b) El habito eclesiástico: Durante AC he comprobado –desde un ángulo distinto- la importancia que tiene que los sacerdotes lleven traje talar o «cleriman». Es una forma más de evangelización. Nos recuerdan que “Dios existe”.

No he observado ningún rechazo entre los jóvenes por ello y sí he visto la alegría de muchos fieles al ver religiosos con hábito y a sacerdotes con sotana o alzacuellos y también a otros religiosos ganar en coraje al ver a sus hermanos dando testimonio vistiendo hábito eclesiástico.

En la semana de AC tuvimos la fortuna de contar con varios Peregrinos de la Eucaristía, una orden de religiosos y religiosas que visten un sayal parecido al de los franciscanos: marrón, con cíngulo blanco y sandalias…

Salí a evangelizar con varios de ellos y he visto que, contrariamente a lo que alguna vez he escuchado, el hábito no representa ningún impedimento para entablar un dialogo con quienquiera, sino que más bien ayuda a la evangelización, al dar autenticidad, y en el interlocutor produce un respeto hacia el mensaje pues “ve” que quien lo comunica ha “apostado” su vida por él.

c) Más y más frecuentes: Las semanas de Evangelización no deberían ser “semanas” y la evangelización debería ser parte de las “actividades habituales” de la Iglesia… Como sugerencias:

-¿por qué no incluir un día de evangelización en los ejercicios espirituales para laicos que se realicen en las diócesis?

– ¿por qué no realizar estas semanas más frecuentemente y en todas las parroquias? (en Pascua, en Adviento…)

– ¿por qué no invitar a movimientos de la Iglesia a que se unan e incluyan estas actividades en las que ya realizan?

– ¿por qué no incluir la evangelización como parte de la catequesis de confirmación?

– En definitiva ¿por qué no “institucionalizar” la evangelización como algo normal, natural y habitual en la vida de un católico?

He escrito lo anterior, como dije al principio, a petición de alguno de los organizadores, pero también por si puede ayudar a otros de alguna forma misteriosa –eso lo dejo en manos del Espíritu Santo- y a fin de dejar constancia ante mí mismo de una experiencia maravillosa en todos los sentidos.

He encontrado un grupo de cristianos auténticos que se esfuerzan en vivir su fe con alegría y anunciar el Reino con entusiasmo. He encontrado un grupo de personas de distinta extracción social, de distintas nacionalidades, religiosos, y religiosas, consagrados y laicos… familias enteras, jóvenes y menos jóvenes, pero todos con una gran fe, una fe alegre y todos ayudándose recíprocamente para ser mejores discípulos del Señor. Me han hecho saber cómo eran las comunidades de los primeros cristianos. […]

Un enorme, profundo y sentido agradecimiento para el grupo Kerygma y la diócesis de Alcalá y sus sacerdotes y a su obispo, don Juan Antonio por hacer que esto sea posible. ¡Ahora, más! Laus Deo.


El maná de cada día, 28.11.13

noviembre 28, 2013

Jueves de la 34ª semana del Tiempo Ordinario

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Bendiga la tierra al Señor. Todo ser que alienta alabe al Señor



PRIMERA LECTURA: Daniel 6, 12-28

En aquellos días, unos hombres espiaron a Daniel y lo sorprendieron orando y suplicando a su Dios.

Entonces fueron a decirle al rey: «Majestad, ¿no has firmado tú un decreto que prohíbe hacer oración, durante treinta días, a cualquier dios o cualquier hombre fuera de ti, bajo pena de ser arrojado al foso de los leones?»

El rey contestó: «El decreto está en vigor, como ley irrevocable de medos y persas.»

Ellos le replicaron: «Pues Daniel, uno de los deportados de Judea, no te obedece a ti, majestad, ni al decreto que has firmado, sino que tres veces al día hace oración a su Dios.»

Al oírlo, el rey, todo sofocado, se puso a pensar la manera de salvar a Daniel, y hasta la puesta del sol hizo lo imposible por librarlo.

Pero aquellos hombres le urgían, diciéndole: «Majestad, sabes que, según la ley de medos y persas, un decreto o edicto real es válido e irrevocable.»

Entonces el rey mandó traer a Daniel y echarlo al foso de los leones.

El rey dijo a Daniel: «¡Que te salve ese Dios a quien tú veneras tan fielmente!»

Trajeron una piedra, taparon con ella la boca del foso, y el rey la selló con su sello y con el de sus nobles, para que nadie pudiese modificar la sentencia dada contra Daniel. Luego el rey volvió a palacio, pasó la noche en ayunas, sin mujeres y sin poder dormir. Madrugó y fue corriendo al foso de los leones.

Se acercó al foso y gritó afligido: «¡Daniel, siervo del Dios vivo! ¿Ha podido salvarte de los leones ese Dios a quien veneras tan fielmente?»

Daniel le contestó: «¡Viva siempre el rey! Mi Dios envió su ángel a cerrar las fauces de los leones, y no me han hecho nada, porque ante él soy inocente, como tampoco he hecho nada contra ti.»

El rey se alegró mucho y mandó que sacaran a Daniel del foso. Al sacarlo, no tenía ni un rasguño, porque había confiado en su Dios. Luego mandó el rey traer a los que habían calumniado a Daniel y arrojarlos al foso de los leones con sus hijos y esposas. No habían llegado al suelo, y ya los leones los habían atrapado y despedazado.

Entonces el rey Darío escribió a todos los pueblos, naciones y lenguas de la tierra: «¡Paz y bienestar! Ordeno y mando que en mi imperio todos respeten y teman al Dios de Daniel. Él es el Dios vivo que permanece siempre. Su reino no será destruido, su imperio dura hasta el fin. Él salva y libra, hace signos y prodigios en el cielo y en la tierra. Él salvó a Daniel de los leones.»


SALMO: Dn 3, 68.69.70.71.72.73.74

Ensalzadlo con himnos por los siglos.

Rocíos y nevadas, bendecid al Señor.

Témpanos y hielos, bendecid al Señor.

Escarchas y nieves, bendecid al Señor.

Noche y día, bendecid al Señor.

Luz y tinieblas, bendecid al Señor.

Rayos y nubes, bendecid al Señor.

Bendiga la tierra al Señor.


Aclamación antes del Evangelio: Lc 21, 28

Levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación.


EVANGELIO: Lucas 21, 20-28

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Cuando veáis a Jerusalén sitiada por ejércitos, sabed que está cerca su destrucción. Entonces, los que estén en Judea, que huyan a la sierra; los que estén en la ciudad, que se alejen; los que estén en el campo, que no entren en la ciudad; porque serán días de venganza en que se cumplirá todo lo que está escrito.

¡Ay de las que estén encinta o criando en aquellos días! Porque habrá angustia tremenda en esta tierra y un castigo para este pueblo. Caerán a filo de espada, los llevarán cautivos a todas las naciones, Jerusalén será pisoteada por los gentiles, hasta que a los gentiles les llegue su hora.

Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, enloquecidas por el estruendo del mar y el oleaje.

Los hombres quedarán sin aliento por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues los astros se tambalearán. Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y majestad. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación.»


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JESÚS VIENE A VISITARNOS EN LA COMUNIÓN

P. Francisco Fernández Carvajal

El Evangelio de la Misa1 nos recuerda la venida gloriosa de Cristo al fin de los tiempos: Los hombres quedarán sin aliento por el miedo y la ansiedad, ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo temblarán. Entonces verán al Hijo del Hombre venir en una nube, con gran poder y gloria.

Ahora, en la Comunión, llega el mismo Hijo del Hombre a nuestro corazón para fortalecernos y llenarnos de paz. Viene como el Amigo tanto tiempo esperado. Y hemos de recibirlo como lo hicieron sus más íntimos: con la atención de María de Betania, con la alegría con que le acogió Zaqueo en su casa…

«Parece que esto es lo correcto: si se recibe en casa a un amigo, a un invitado, se le atiende, es decir, se le da conversación, se le acompaña. No se le deja en la sala de visitas o en cualquier otro lugar de la casa, con el periódico, para que entretenga la espera hasta que nos venga bien atenderle. Sin duda sería de muy mala educación.

Y si la persona que nos visitara fuera de tan gran categoría, que el solo hecho de venir a nuestra casa supusiera un honor muy por encima de nuestra condición y merecimientos, entonces la desatención no sería ya falta de educación, sino grosería incalificable»2.

Hemos de tratar bien a Jesús, que tanto desea visitarnos en nuestra pobre casa. «Y no suele Su Majestad pagar mal la posada, si se le hace buen hospedaje»3.

Es una buena ocasión de unirnos a toda la Creación para alabar y dar gracias al Creador que, humilde, se queda sacramentalmente en nuestro corazón durante esos minutos.

La Iglesia, siempre Madre buena, nos ha aconsejado a sus hijos esas oraciones que han alimentado la piedad de tantos cristianos para ayudarnos, especialmente cuando nos sintamos pobres de palabras para dirigirnos a Jesús: el Himno Adoro te devote, el Trium puerorum, la Oración a Jesús Crucificado, las Invocaciones al Santísimo Redentor…

Si al comulgar procuramos tener a mano algún devocionario –cuando sea posible– o algún Misal de los fieles, dispondremos de una buena ayuda para aprovechar ese tiempo que tanto va a influir luego a lo largo de todo el día. Muchas veces, la jornada depende de esos minutos junto a Jesús Sacramentado.

No dejemos de poner todos lo medios a nuestro alcance para mejorar nuestras disposiciones antes y después de haber comulgado. Cualquier esfuerzo que pongamos es siempre largamente recompensado. «Cuando recibas al Señor en la Eucaristía, agradécele con todas las veras de tu alma esa bondad de estar contigo.

»—¿No te has detenido a considerar que pasaron siglos y siglos, para que viniera el Mesías? Los patriarcas y los profetas pidiendo, con todo el pueblo de Israel: ¡que la tierra tiene sed, Señor, de que vengas!

»—Ojalá sea así tu espera de amor»4.

1 Lc 21, 20-28. — 2 F. Suárez, o. c., p. 274. — 3 Santa Teresa, Camino de perfección, 39. — 4 San Josemaría Escrivá, Forja, n. 991.

Homilética.org


Comunidad MM. Cristianas Sta. Mónica (2): Argentina, Gualeguaychú

noviembre 27, 2013

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La alegría de las madres que colaboran en los planes de Dios

La alegría de las madres que colaboran en los planes de Dios

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Historia de nuestra Comunidad Madres Cristianas Santa Mónica de Gualeguaychú

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Las notas que siguen las ha escrito la Sra. Leticia María Cruz, principal animadora de esta comunidad.

Los comienzos de la Comunidad

Hace 5 años -mediados de setiembre de 2009-  comenzaba nuestra Comunidad en un salón de la Parroquia San Juan Bautista y Beato Juan XXIII, de la ciudad de Gualeguaychú, Provincia de Entre Ríos, República Argentina.

Convoqué a dos madres amigas. Una de ellas estaba pasando por una situación familiar compleja. Estas dos convocaron a otras; la cosa es que ese día comenzamos 9; yo no lo podía creer, estaba súper feliz, y ese día empecé a darme cuenta de lo que esto significaba para una «mamá». Armamos un coro y dos madres quedaron en otro coro a la espera de completarlo, pero haciendo todo lo que la Comunidad nos pide.

A fin de año ya había 3 coros de oración -siete madres- completos, y otras comunidades de la Diócesis de Gualeguaychú ya querían participar para ver cómo se hacía para rezar por los hijos y la familia. 

Cuando habían pasado unos meses y el Sacerdote de mi Parroquia, por ese entonces Arlel Crettaz, ya me había autorizado a que las madres pudieran participar en las distintas festividades de la vida parroquial, había que presentar la comunidad al Obispo de la Diócesis de Gualeguaychú, Mons. Jorge Lozano.

Él recibió nuestra información de muy buena voluntad; en algún momento, cuando viajaba a Buenos Aires, se ofreció para llevarme las planillas y el dinero de libritos, medallitas, etc. que me habían mandado de la Vicaría. 

Sé que él tiene muchos amigos en los Agustinos, de hecho él se quedaba ahí, y ha viajado a Colombia visitando alguna de sus comunidades. En este momento no lo molesto más porque nos atiende el encargado de la Pastoral Social. 

Poco a poco la Asociación se fue propagando a todas las Parroquias de la ciudad, y más tarde a otros departamentos de la Diócesis. Hoy estamos, aparte de la ciudad de Gualeguaychú -mismo nombre de la Diócesis-, en  Pueblo Belgrano, Concepción del Uruguay, villa Paranacito, Victoria, Rosario del Tala, Galarza, y Paraná -que es otra Diócesis- y les mandé el material para que se armaran coros. 

Organización de la Comunidad en la actualidad

Actualmente en la ciudad de Gchú, hay 54 coros que se encuentran en 10 Parroquias de aquí. 

En Concepción del Uruguay funcionan 43 coros, pertenecientes a 4 Parroquias de esa ciudad. *1

En Galarza hay 10 coros que pertenecen a la Parroquia de esta ciudad que en realidad es una población pequeña. 

En Victoria 8 coros, 6 en una Parroquia y 2 en la otra. Debe de haber algún coro más pero no me han enviado los datos. 

En  Rosario del Tala, la más nuevita de este año, 4 coros; al Sacerdote de la otra parroquia le tengo que mandar el material porque prácticamente tiene armados ya 2 coros más.

En Paraná, -es Arquidiócesis-, 2 coros. Son los últimos datos que poseo. 

Total General: 123 coros, 861 Mónicas.

Madres Mónicas de Gualeguaychú, Argentina, 2013

Madres Mónicas de Gualeguaychú, Argentina, 2013

Animación espiritual  y comunitaria

En todos estos casos  la primera vez los asesoro, les mando el material y luego les envío todas las planillas para que se independicen y traten directamente con Buenos Aires. 

Lo que hago es animar el tema de formación, retiros, Via Crucis, etc., Además envío a los coros todo lo que recibo de los Agustinos Recoletos, en concreto su saludo del mes, aquí en mi ciudad,  y con las demás coordinadoras me mantengo en contacto. 

Luego del retiro anual de este año armé un facebook solamente para evangelizar y llegar mejor a todas en todos lados, eso me ha ayudado muchísimo. 

También en el retiro, desde hace 3 años, yo hago un power para refrescar un poco la organización, historia, condiciones para pertenecer a la comunidad, les dejo el blog suyo -ismaelojeda.wordpress.com- al cual la mayoría ha entrado. 

Formación en la fe. Actividades varias. Espiritualidad de las madres mónicas.

Todos los años me organizo. Primero tenía cuatro compañeras de coro para que me ayudaran en la organización del año, de marzo a julio, actividades de formación una vez al mes, es interparroquial.  

Antes de semana santa Via Crucis, en un campo, donde un artista de la Ciudad hizo esa obra de gran valor artístico y espiritual; todos los años caminamos las estaciones meditando, rezando y cantando, luego compartimos a la canasta unos mates y algo para la merienda; vienen de todas las parroquias, de aquí muchas.

En esta actividad solo participamos las Mónicas porque los curas, monjas y demás agentes de pastoral están llenos de cosas y realmente no pueden acompañarnos; aparte se hace un sábado para que al otro día participen de la Misa de Ramos, comienzo de la semana santa…

 En Cuanto a las personas asesoras que nos alimentan espiritualmente convoco a Sacerdotes de la Diócesis, Monjas: una Franciscana y otra de la Cial. de María, Consagradas, equipo de Pastoral de adicciones del Obispado, para que nos den temas referidos a Santa Mónica, San Agustín, Familias actuales, Espiritualidad del Matrimonio, Problemas de la sociedad actual, Nuevas juventudes, Noviazgos actuales, falta de compromiso, Adicciones, Rezar con los Salmos, Mujeres del Antiguo Testamento, en 2013 vimos Ruth, este año estudiaremos otra, Explicación de la Misa, teniendo en cuenta que se trata de madres poco evangelizadas en algunos casos o bien que sólo han recibido sacramentos y luego no han vuelto a integrarse.

Más temas: Esperanza ante conflictos familiares, como los tuvo Mónica con su hijo Agustín y su esposo, cómo tratarnos en la familia, tomar el ejemplo de Sta. Mónica. También está el material de nuestro Papa Francisco sobre todo la Homilía Sínodo de la Familia. Una mujer en esta vida actual, autoridad perdida, César Labaké… En fin, varios temas al respecto los dio una hermana de la Cía. de María;  fue lo último; estuvo maravilloso. 

Hoy tercer miércoles de mes tenemos formación con el P. José María Aguilar de la Parroquia Luján, allí acudimos todas a las 18 hs., luego nos expondrá el tema que haya elegido, pues esta vez lo dejé a su libre albedrío; tenemos que llevar Biblia y anotador, luego la Misa.

El Padre Oscar Menescardi desde hace 4 años nos da el Retiro Anual, y se puede decir que es nuestro asesor visible; además contamos  con los padres José María Aguilar, Marcelo Carraza, Héctor Trachitte, y otros tantos con los que consulto y me hacen aportes que tengo muy en cuenta.

La iniciativa del retiro la compartí con el señor Obispo a quien le pareció bien y realmente ese Retiro anual hasta el momento funciona fantástico. 

Madres Mónicas de Gualeguaychú, Argentina, 2013

Madres Mónicas de Gualeguaychú, Argentina, 2013

Método, medios y funcionamiento de la Comunidad

Me baso exclusivamente en lo que me envían de la Vicaría de Agustinos Recoletos de Bs. Aires, hay instructivos sobre la forma de manejarse que los tengo desde siempre, ahí figura en la planilla de coros la dirección de la Sra. Marta Veronelli, Vicaría de las Mónicas, en Buenos Aires; ella me asesoró desde el principio. Ahora hay otro Sacerdote en Buenos Aires que se llama Quintana, Rubén Darío, al cual todo dinero que se mande hay que depositárselo a su cuenta. 

Marta me manda el material que le pido para formar coros y yo lo distribuyo según la necesidad como le conté antes, al principio los asesoro y los proveo, luego trato que se independicen y traten directamente con Buenos Aires en el caso de las otras localidades. 

Ya me reuní con todas la parroquias para cerrar fechas de actividades para 2014, sólo queda ver a quién le vamos a pedir las distintas charlas de formación, y todo lo que hacemos durante el año. 

Proyección evangelizadora:

+  Reuniones mensuales de formación: 3eros miércoles de mes, se hace en distintas parroquias, siempre a cargo de algún Sacerdote, Monja, Consagrada, Equipo Diocesano, Psicólogo, Médico, Sociólogo (siempre teniendo en cuenta nuestro propio ideario).

+  Vía Crucis Anual comunitario antes de Semana Santa. 

+  Retiro Anual comunitario: último domingo de Agosto. 

+  Misa Anual: en algunas parroquias es todos los 27, en la nuestra 4to. Domingo de mes.  Según acuerden los coros de cada parroquia. 

+  Participación de Mónicas en instancias Diocesanas como desde el 2012 nuestra Asamblea Diocesana de la cual salieron nuevos lineamientos en los temas más importantes de nuestra Iglesia, y «familia» es uno de ellos. 

+  Cadenas de Oración: últimamente nos tienen como referente de Oración de intercesión a nosotras, inmediatamente organizo la cadena y se hace.

Asesor Espiritual

El Padre Oscar Menescardi desde hace 4 años nos da el Retiro Anual y se puede decir que es nuestro asesor visible, aunque el Padre José María Aguilar, Marcelo Carraza, Héctor Trachitte, y otros tantos nos ayudan en diversas ocasiones y necesidades.   

Frutos que se cosechan

** Más oración, más vida comunitaria en cada parroquia y cuando nos encontramos de todos lados, ni hablar, el día del Retiro o Vía Crucis.

** Un volver a la espiritualidad, participar de los Sacramentos, especialmente la Misa, integración espontánea a la comunidad parroquial, algunas están dando catequesis. En Argentina tenemos un problema gravísimo, no conseguimos catequistas, es algo que tendremos que ver cómo solucionar, dado que la gente por la situación social adversa trabaja mucho y no le queda mucho tiempo para los compromisos religiosos.

** En un principio los Sacerdotes eran reticentes a recibir la Comunidad porque pensaban que les íbamos a complicar la vida con más compromisos, ahora ellos mismos lo piden y se comunican conmigo como en este año, de dos localidades. 

Conclusión

Creo, Padre Ismael, que lo más importante es el ardor, el amor, el tiempo, las ganas de contagiar a más madres para que vivan lo mismo que yo vivo con otras madres en la actualidad; porque tenemos iguales problemas, iguales felicidades, iguales situaciones, pero de la mano de Sta. Mónica y con la oración y apoyo de tantas madres Mónicas de otras comunidades podremos ir adelante cumpliendo nuestra vocación de esposas y madres cristianas.

Espero le sirva, Padre Ismael. Ya me contará.

Leticia María Cruz


El maná de cada día, 27.11.13

noviembre 27, 2013

Miércoles de la 34ª semana del Tiempo Ordinario

Yo os daré palabras y sabiduría

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PRIMERA LECTURA: Daniel 5, 1-6.13-14.16-17.23-28

En aquellos días, el rey Baltasar ofreció un banquete a mil nobles del reino, y se puso a beber delante de todos.

Después de probar el vino, mandó traer los vasos de oro y plata que su padre, Nabucodonosor, había cogido en el templo de Jerusalén, para que bebieran en ellos el rey y los nobles, sus mujeres y concubinas.

Cuando trajeron los vasos de oro que habían cogido en el templo de Jerusalén, brindaron con ellos el rey y sus nobles, sus mujeres y concubinas. Apurando el vino, alababan a los dioses de oro y plata, de bronce y hierro, de piedra y madera.

De repente, aparecieron unos dedos de mano humana escribiendo sobre el revoco del muro del palacio, frente al candelabro, y el rey veía cómo escribían los dedos. Entonces su rostro palideció, la mente se le turbó, le faltaron las fuerzas, las rodillas le entrechocaban.

Trajeron a Daniel ante el rey, y éste le preguntó: «¿Eres tú, Daniel, uno de los judíos desterrados que trajo de Judea el rey, mi padre? Me han dicho que posees espíritu de profecía, inteligencia, prudencia y un saber extraordinario.

Me han dicho que tú puedes interpretar sueños y resolver problemas; pues bien, si logras leer lo escrito y explicarme su sentido, te vestirás de púrpura, llevarás un collar de oro y ocuparás el tercer puesto en mi reino.»

Entonces Daniel habló así al rey: «Quédate con tus dones y da a otro tus regalos. Yo leeré al rey lo escrito y le explicaré su sentido.

Te has rebelado contra el Señor del cielo, has hecho traer los vasos de su templo, para brindar con ellos en compañía de tus nobles, tus mujeres y concubinas.

Habéis alabado a dioses de oro y plata, de bronce y hierro, de piedra y madera, que ni ven, ni oyen, ni entienden; mientras que al Dios dueño de vuestra vida y vuestras empresas no lo has honrado.

Por eso Dios ha enviado esa mano para escribir ese texto. Lo que está escrito es: «Contado, Pesado, Dividido.»

La interpretación es ésta: «Contado»: Dios ha contado los días de tu reinado y les ha señalado el límite; «Pesado»: te ha pesado en la balanza y te falta peso; «Dividido»: tu reino se ha dividido y se lo entregan a medos y persas.»


SALMO: Dn 3, 62.63.64.65.66.67

Ensalzadlo con himnos por los siglos.

Sol y luna, bendecid al Señor.

Astros del cielo, bendecid al Señor.

Lluvia y rocío, bendecid al Señor.

Vientos todos, bendecid al Señor.

Fuego y calor, bendecid al Señor.

Fríos y heladas, bendecid al Señor.


Aclamación antes del Evangelio: Ap 2, 10c

Sé fiel hasta la muerte -dice el Señor-, y te daré la corona de la vida.


EVANGELIO: Lucas 21, 12-19

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Así tendréis ocasión de dar testimonio.

Haced propósito de no preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.

Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa mía. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.»


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SÉ OPTIMISTA

Mientras exista el pecado, siempre encontrarás a tu alrededor motivos de queja y de lamentación. Hay un optimismo meramente humano ante las cosas, acontecimientos y personas que, confundido con la buena educación, termina por no infundir esperanza en el ánimo de los que sufren.

Esa esperanza meramente humana tarde o temprano se deshoja, como todo lo humano, ahogada por el cansancio ante el mal y la injusticia. Tu fe debe hacerte vivir ese otro optimismo humano que nace de la esperanza sobrenatural y que no tiene nada de iluso o irreal.

Esa actitud optimista y positiva ante la vida, aun en medio de sufrimientos y pruebas, nace de tu confianza ciega en la providencia de Dios y se convierte en un inagotable manantial de fuerza y de firmeza para sobrellevar las contrariedades de la vida con ánimo sobrenatural.

Sé optimista al juzgar y valorar personas y acontecimientos, contagia a tu alrededor una visión positiva de las cosas, no te dejes vencer por el desánimo cuando el mal, la injusticia, la mediocridad o el pecado parezcan campar a sus anchas en el ambiente que te rodea.

Piensa en la fuerza de la Cruz, con la que Cristo ya ha vencido toda muerte y todo mal. Asómate, como los niños, por encima de la tapia de este pequeño mundo que te ha tocado vivir, y descubrirás la inmensidad de una eternidad que late viva en cada acontecimiento de tu vida y de tu historia.

Que nada, ni siquiera tu estado de ánimo, logre ensombrecer y arrugar tu semblante sereno y suavemente alegre con el que el amor de Dios, a través tuya, sonríe a los hombres.

Lañas diarias www.mater-dei.es


La Evangelii Gaudium, primera Encíclica del Papa Francisco

noviembre 26, 2013

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El Papa de la Evangelii  Gaudium, el Papa de la Alegría del Evangelio

El Papa de la Evangelii
Gaudium, el Papa de la Alegría del Evangelio

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El Papa en la Evangelii Gaudium:

Nadie puede quedar excluido de la alegría del Señor

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VATICANO, 26 Nov. 13 / 09:05 am (ACI/EWTN Noticias).- Esta mañana se presentó en el Vaticano la primera exhortación apostólica del Papa Francisco titulada «Evangelii Gaudium» (El Gozo del Evangelio), en la que el Santo Padre, con un lenguaje sencillo y claro, habla sobre la urgencia del anuncio del Evangelio de Cristo en el mundo actual, algo de lo que nadie puede quedar exento.

«La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús», así empieza la exhortación en la que el Santo Padre recoge la riqueza de los trabajos del Sínodo dedicado a «La nueva evangelización para la transmisión de la fe» celebrado del 7 al 28 de octubre de 2012.

Los temas que el Papa Francisco toca en esta exhortación son los siguientes: La reforma de la Iglesia en salida misionera, Las tentaciones de los agentes pastorales, La Iglesia entendida como la totalidad del Pueblo de Dios que evangeliza, La homilía y su preparación, La inclusión social de los pobres, La paz y el diálogo social y Las motivaciones espirituales para la tarea misionera.

A continuación, ACI Prensa presenta una síntesis del documento presentado esta mañana en el Vaticano y entregado el domingo 24 de noviembre, en la clausura del Año de la Fe, a 36 personas de los cinco continentes en representación de toda la Iglesia.

Invitación al encuentro con Cristo y a evangelizar

En el texto, el Papa invita a «cada cristiano, en cualquier lugar y situación en que se encuentre, a renovar ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada día sin descanso.

No hay razón para que alguien piense que esta invitación no es para él, porque ‘nadie queda excluido de la alegría reportada por el Señor’».

Tras alertar que «hay cristianos cuya opción parece ser la de una Cuaresma sin Pascua«, el Papa se dirige a los «fieles cristianos para invitarlos a una nueva etapa evangelizadora marcada por esa alegría, e indicar caminos para la marcha de la Iglesia en los próximos años».

Se trata de un fuerte llamamiento a todos los bautizados para que, con fervor y dinamismo nuevos, lleven a los otros el amor de Jesús en un «estado permanente de misión», venciendo «el gran riesgo del mundo actual»: el de caer en «una tristeza individualista».

El Pontífice alerta sobre la tentación, que «aparece frecuentemente bajo forma de excusas y reclamos, como si debieran darse innumerables condiciones para que sea posible la alegría».

El Santo Padre invita a «recuperar la frescura original del Evangelio», encontrando «nuevos caminos» y «métodos creativos», a no encerrar a Jesús en nuestros «esquemas aburridos».

Es necesaria «una conversión pastoral y misionera, que no puede dejar las cosas como están» y una «reforma de estructuras» eclesiales para que «todas ellas se vuelvan más misioneras».

El Pontífice piensa también en «una conversión del papado» para que sea «más fiel al sentido que Jesucristo quiso darle y a las necesidades actuales de la evangelización».

El deseo de que las Conferencias episcopales pudieran dar una contribución a fin de que «el afecto colegial» tuviera una aplicación «concreta» -afirma- todavía «no se realizó plenamente».

«No es conveniente que el Papa reemplace a los episcopados locales en el discernimiento de todas las problemáticas que se plantean en sus territorios. En este sentido, percibo la necesidad de avanzar en una saludable ‘descentralización’».

En esta renovación no hay que tener miedo de revisar costumbres de la Iglesia «no directamente ligadas al núcleo del Evangelio, algunas muy arraigadas a lo largo de la historia».

Signo de la acogida de Dios es «tener templos con las puertas abiertas en todas partes» para que todos los que buscan no se encuentren «con la frialdad de unas puertas cerradas».

«Tampoco las puertas de los sacramentos deberían cerrarse por una razón cualquiera», así, la Eucaristía «no es un premio para los perfectos sino un generoso remedio y un alimento para los débiles.

Estas convicciones también tienen consecuencias pastorales que estamos llamados a considerar con prudencia y audacia».

El Papa reitera que prefiere una Iglesia «herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia… preocupada por ser el centro y que termine clausurada en una maraña de obsesiones y procedimientos. Si algo debe inquietarnos santamente… es que tantos hermanos nuestros vivan» sin la amistad de Jesús.

El Pontífice indica las «tentaciones de los agentes pastorales»: individualismo, crisis de identidad, caída del fervor. «La mayor amenaza» es «el gris pragmatismo de la vida cotidiana de la Iglesia en el cual aparentemente todo procede con normalidad, pero en realidad la fe se va desgastando».

Exhorta a no dejarse vencer por un «pesimismo estéril» y a ser signos de esperanza poniendo en marcha «la revolución de la ternura».

Es necesario huir de la «espiritualidad del bienestar» que rechaza los «compromisos fraternos» y vencer «la mundanidad espiritual» que consiste en «buscar, en lugar de la gloria del Señor, la gloria humana».

El Papa habla de los que «se sienten superiores a otros» por ser «inquebrantablemente fieles a cierto estilo católico propio del pasado» y, «en lugar de evangelizar lo que se hace es… clasificar a los demás», o de los que tienen un «cuidado ostentoso de la liturgia, de la doctrina y del prestigio de la Iglesia, pero sin preocuparles que el Evangelio tenga una real inserción» en las necesidades de la gente.

Se trata de «una tremenda corrupción con apariencia de bien… ¡Dios nos libre de una Iglesia mundana bajo ropajes espirituales o pastorales!»

El Santo Padre lanza un llamamiento a las comunidades eclesiales a no caer en envidias ni en celos «dentro del Pueblo de Dios y en las distintas comunidades, ¡cuántas guerras!»

¿A quién vamos a evangelizar con esos comportamientos? «Subraya la necesidad de hacer crecer la responsabilidad de los laicos, mantenidos «al margen de las decisiones» a raíz de «un excesivo clericalismo».

Afirma que «todavía es necesario ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia», en particular «en los diversos lugares donde se toman las decisiones importantes». «Las reivindicaciones de los legítimos derechos de las mujeres… no se pueden eludir superficialmente».

Los jóvenes deben tener «un protagonismo mayor». Frente a la escasez de vocaciones en algunos lugares, afirma que «no se pueden llenar los seminarios con cualquier tipo de motivaciones».

Afrontando el tema de la inculturación, recuerda que «el cristianismo no tiene un único modo cultural» y que el rostro de la Iglesia es «pluriforme». «No podemos pretender que los pueblos de todos los continentes, al expresar la fe cristiana, imiten los modos que encontraron los pueblos europeos en un determinado momento de la historia».

El Papa reafirma la «fuerza activamente evangelizadora» de la piedad popular y alienta la investigación de los teólogos, invitándoles a llevar en el corazón «la finalidad evangelizadora de la Iglesia» y a no contentarse con «una teología de escritorio».

La homilía y su preparación

Se detiene «con cierta meticulosidad, en la homilía» porque «son muchos los reclamos que se dirigen en relación con este gran ministerio y no podemos hacer oídos sordos».

La homilía «debe ser breve y evitar parecerse a una charla o una clase», debe saber decir «palabras que hacen arder los corazones», huyendo de «una predicación puramente moralista o adoctrinadora».

Subraya la importancia de la preparación: «un predicador que no se prepara no es ‘espiritual’; es deshonesto e irresponsable».

«Una buena homilía… debe contener ‘una idea, un sentimiento, una imagen’. La predicación debe ser positiva para que dé «siempre… esperanza» y no nos deje «encerrados en la negatividad».

El anuncio mismo del Evangelio debe tener características positivas: «cercanía, apertura al diálogo, paciencia, acogida cordial que no condena».

Hablando de los retos del mundo contemporáneo, el Papa denuncia el sistema económico actual: «es injusto en su raíz». «Esa economía mata» porque predomina «la ley del más fuerte».

La cultura actual del «descarte» ha creado «algo nuevo»: «Los excluidos no son ‘explotados’ sino desechos, ‘sobrantes’».

Vivimos en una «nueva tiranía invisible, a veces virtual», de un «mercado divinizado» donde imperan la «especulación financiera», «una corrupción ramificada y una evasión fiscal egoísta».

Denuncia los «ataques a la libertad religiosa» y «las nuevas situaciones de persecución a los cristianos… En muchos lugares se trata más bien de una difusa indiferencia relativista».

La familia -prosigue el Papa- «atraviesa una crisis cultural profunda». Insistiendo en «el aporte indispensable del matrimonio a la sociedad», subraya que «el individualismo posmoderno y globalizado favorece un estilo de vida que… desnaturaliza los vínculos familiares».

Reafirma «la íntima conexión que existe entre evangelización y promoción humana» y el derecho de los pastores «a emitir opiniones sobre todo aquello que afecte a la vida de las personas».

«Nadie puede exigirnos que releguemos la religión a la intimidad secreta de las personas, sin influencia alguna en la vida social». Cita a Juan Pablo II cuando afirma que la Iglesia ‘no puede ni debe quedarse al margen en la lucha por la justicia’.

«Para la Iglesia la opción por los pobres es una categoría teológica» antes que sociológica. «Por eso quiero una Iglesia pobre para los pobres. Ellos tienen mucho que enseñarnos».

«Mientras no se resuelvan radicalmente los problemas de los pobres… no se resolverán los problemas del mundo». «La política, tan denigrada, es una de las formas más preciosas de la caridad».

«¡Ruego al Señor que nos regale más políticos a quienes les duela de verdad… la vida de los pobres!».

Después una advertencia: «Cualquier comunidad de la Iglesia» que se olvide de los pobres «correrá el riesgo de la disolución».

Cuidado de los frágiles

El Papa invita a cuidar a los más débiles: «los sin techo, los toxicodependientes, los refugiados, los pueblos indígenas, los ancianos cada vez más solos y abandonados» y los migrantes, por los que exhorta a los países «a una generosa apertura».

Habla de las víctimas de la trata de personas y de nuevas formas de esclavitud: «En nuestras ciudades está instalado este crimen mafioso y aberrante, y muchos tienen las manos preñadas de sangre debido a la complicidad cómoda y muda».

«Doblemente pobres son las mujeres que sufren situaciones de exclusión, maltrato y violencia». «Entre esos débiles, que la Iglesia quiere cuidar con predilección» están «los niños por nacer, que son los más indefensos e inocentes de todos, a quienes hoy se les quiere negar su dignidad humana».

«No debe esperarse que la Iglesia cambie su postura sobre esta cuestión… No es progresista pretender resolver los problemas eliminando una vida humana». A continuación un llamamiento al respeto de todo lo creado: «estamos llamados a cuidar la fragilidad del pueblo y del mundo en que vivimos».

Por cuanto respecta al tema de la paz, el Papa afirma que «es necesaria una voz profética» cuando se quiere construir una reconciliación falsa que «silencie» a los más pobres mientras «algunos no quieren renunciar a sus privilegios».

Para la construcción de una sociedad «en paz, justicia y fraternidad» indica cuatro principios: «El tiempo es superior al espacio» significa «trabajar a largo plazo, sin obsesionarse por resultados inmediatos». «La unidad prevalece sobre el conflicto» quiere decir obrar para que los opuestos alcancen «una unidad pluriforme que engendra nueva vida».

«La realidad es más importante que la idea» significa evitar que la política y la fe se reduzcan a la retórica. «El todo es superior a la parte» significa aunar globalización y localización.

«La evangelización también implica un camino de diálogo» que abre a la Iglesia para colaborar con todas las realidades políticas, sociales, religiosas y culturales. El ecumenismo es «un camino ineludible de la evangelización».

Es importante el enriquecimiento recíproco: «¡cuántas cosas podemos aprender unos de otros!, por ejemplo, «en el diálogo con los hermanos ortodoxos, los católicos tenemos la posibilidad de aprender algo más sobre el sentido de la colegialidad episcopal y sobre su experiencia de la sinodalidad»; «el diálogo y la amistad con los hijos de Israel son parte de la vida de los discípulos de Jesús»;

«el diálogo interreligioso», que se conduce con «una identidad clara y gozosa», es «es una condición necesaria para la paz en el mundo» y no oscurece la evangelización ; «en esta época adquiere gran importancia la relación con los creyentes del Islam».

El Papa implora «humildemente» para que los países de tradición islámica aseguren la libertad religiosa a los cristianos, también «¡teniendo en cuenta la libertad que los creyentes del Islam gozan en los países occidentales!». «Frente a episodios de fundamentalismo violento» invita a «evitar odiosas generalizaciones, porque el verdadero Islam y una adecuada interpretación del Corán se oponen a toda violencia».

Y contra el intento de privatizar las religiones en algunos contextos, afirma que «el debido respeto a las minorías de agnósticos o no creyentes no debe imponerse de un modo arbitrario que silencie las convicciones de mayorías creyentes o ignore la riqueza de las tradiciones religiosas». Reitera de este modo la importancia del diálogo y de la alianza entre creyentes y no creyentes.

Evangelizadores con espíritu

El último capítulo está dedicado a los «evangelizadores con Espíritu», que son aquellos que «se abren sin temor a la acción del Espíritu Santo» que «infunde la fuerza para anunciar la novedad del Evangelio con audacia -parresía-, en voz alta y en todo tiempo y lugar, incluso a contracorriente».

Se trata de «evangelizadores que oran y trabajan», conscientes de que «la misión es una pasión por Jesús pero, al mismo tiempo, una pasión por su pueblo»: «Jesús quiere que toquemos la miseria humana, que toquemos la carne sufriente de los demás».

«En nuestra relación con el mundo -precisa-, se nos invita a dar razón de nuestra esperanza, pero no como enemigos que señalan y condenan».

«Sólo puede ser misionero -añade- alguien que se sienta bien buscando el bien de los demás, deseando la felicidad de los otros»: «si logro ayudar a una sola persona a vivir mejor, eso ya justifica la entrega de mi vida».

El Papa invita a no desanimarse ante los fracasos o la escasez de resultados porque la «fecundidad es muchas veces invisible, inaferrable, no puede ser contabilizada»; «sólo sabemos que nuestra entrega es necesaria».

«La comunidad evangelizadora se mete con obras y gestos en la vida cotidiana de los demás, achica distancias, se abaja hasta la humillación si es necesario, y asume la vida humana, tocando la carne sufriente de Cristo en el pueblo. Los evangelizadores tienen así ‘olor a oveja’ y éstas escuchan su voz».

Luego, «la comunidad evangelizadora se dispone a ‘acompañar’. Acompaña a la humanidad en todos sus procesos, por más duros y prolongados que sean. Sabe de esperas largas y de aguante apostólico. La evangelización tiene mucho de paciencia, y evita maltratar límites. Fiel al don del Señor, también sabe ‘fructificar’».

La Exhortación concluye con una oración a María «Madre del Evangelio». «Hay un estilo mariano en la actividad evangelizadora de la Iglesia. Porque cada vez que miramos a María volvemos a creer en lo revolucionario de la ternura y del cariño».

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El maná de cada día, 26.11.13

noviembre 26, 2013

Martes de la 34ª semana del Tiempo Ordinario

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Maqueta del Beit Hamikdash, (El Gran Templo Judío)



PRIMERA LECTURA: Daniel 2, 31-45

En aquellos días, dijo Daniel a Nabucodonosor: «Tú, rey, viste una visión: una estatua majestuosa, una estatua gigantesca y de un brillo extraordinario; su aspecto era impresionante.

Tenía la cabeza de oro fino, el pecho y los brazos de plata, el vientre y los muslos de bronce, las piernas de hierro y los pies de hierro mezclado con barro. En tu visión, una piedra se desprendió sin intervención humana, chocó con los pies de hierro y barro de la estatua y la hizo pedazos.

Del golpe, se hicieron pedazos el hierro y el barro, el bronce, la plata y el oro, triturados como tamo de una era en verano, que el viento arrebata y desaparece sin dejar rastro. Y la piedra que deshizo la estatua creció hasta convertirse en una montaña enorme que ocupaba toda la tierra.

Éste era el sueño; ahora explicaremos al rey su sentido: Tú, majestad, rey de reyes, a quien el Dios del cielo ha concedido el reino y el poder, el dominio y la gloria, a quien ha dado poder sobre los hombres, dondequiera que vivan, sobre las bestias del campo y las aves del cielo, para que reines sobre ellos, tú eres la cabeza de oro.

Te sucederá un reino de plata, menos poderoso. Después un tercer reino, de bronce, que dominará todo el orbe. Vendrá después un cuarto reino, fuerte como el hierro. Como el hierro destroza y machaca todo, así destrozará y triturará a todos.

Los pies y los dedos que viste, de hierro mezclado con barro de alfarero, representan un reino dividido; conservará algo del vigor del hierro, porque viste hierro mezclado con arcilla. Los dedos de los pies, de hierro y barro, son un reino a la vez poderoso y débil.

Como viste el hierro mezclado con la arcilla, así se mezclarán los linajes, pero no llegarán a fundirse, lo mismo que no se puede alear el hierro con el barro.

Durante ese reinado, el Dios del cielo suscitará un reino que nunca será destruido ni su dominio pasará a otro, sino que destruirá y acabará con todos los demás reinos, pero él durará por siempre; eso significa la piedra que viste desprendida del monte sin intervención humana y que destrozó el barro, el hierro, el bronce, la plata y el oro.

Éste es el destino que el Dios poderoso comunica a su majestad. El sueño tiene sentido, la interpretación es cierta.»


SALMO: Dn 3, 57.58.59.60.61

Ensalzadlo con himnos por los siglos.

Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor.

Ángeles del Señor, bendecid al Señor.

Cielos, bendecid al Señor.

Aguas del espacio, bendecid al Señor.

Ejércitos del Señor, bendecid al Señor.


Aclamación antes del Evangelio: Ap 2, 10c

Sé fiel hasta la muerte -dice el Señor-, y te daré la corona de la vida.


Evangelio: Lucas 21, 5-11

En aquel tiempo, algunos ponderaban la belleza del templo, por la calidad de la piedra y los exvotos.

Jesús les dijo: «Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido.»

Ellos le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?»

Él contestó: «Cuidado con que nadie os engañe. Porque muchos vendrán usurpando mi nombre, diciendo: «Yo soy», o bien «El momento está cerca»; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque eso tiene que ocurrir primero, pero al final no vendrá en seguida.»

Luego les dijo: «Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países epidemias y hambre. Habrá también espantos y grandes signos en el cielo.»


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Vivir el tiempo de la espera como tiempo de testimonio y perseverancia, sin dejarse engañar por falsos mesías

Papa Francisco  
Ángelus del domingo 17 de noviembre de 2013

El Evangelio de este domingo (Lc 21, 5-19) consiste en la primera parte de un discurso de Jesús: sobre los últimos tiempos. Jesús lo pronuncia en Jerusalén, en las inmediaciones del templo; y la ocasión se la dio precisamente la gente que hablaba del templo y de su belleza. Porque era hermoso ese templo.

Entonces Jesús dijo: «Esto que contempláis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida» (Lc 21, 6). Naturalmente le preguntan: ¿cuándo va a ser eso?, ¿cuáles serán las señales? Pero Jesús desplaza la atención de estos aspectos secundarios —¿cuándo será? ¿cómo será?—, la desplaza a las verdaderas cuestiones.

Y son dos. Primero: no dejarse engañar por los falsos mesías y no dejarse paralizar por el miedo. Segundo: vivir el tiempo de la espera como tiempo del testimonio y de la perseverancia. Y nosotros estamos en este tiempo de la espera, de la espera de la venida del Señor.

Este discurso de Jesús es siempre actual, también para nosotros que vivimos en el siglo XXI. Él nos repite: «Mirad que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre» (v. 8). Es una invitación al discernimiento, esta virtud cristiana de comprender dónde está el espíritu del Señor y dónde está el espíritu maligno.

También hoy, en efecto, existen falsos «salvadores», que buscan sustituir a Jesús: líder de este mundo, santones, incluso brujos, personalidades que quieren atraer a sí las mentes y los corazones, especialmente de los jóvenes. Jesús nos alerta: «¡No vayáis tras ellos!». «¡No vayáis tras ellos!».

El Señor nos ayuda incluso a no tener miedo: ante las guerras, las revoluciones, pero también ante las calamidades naturales, las epidemias, Jesús nos libera del fatalismo y de falsas visiones apocalípticas.

El segundo aspecto nos interpela precisamente como cristianos y como Iglesia: Jesús anuncia pruebas dolorosas y persecuciones que sus discípulos deberán sufrir, por su causa. Pero asegura: «Ni un cabello de vuestra cabeza perecerá» (v. 18).

Nos recuerda que estamos totalmente en las manos de Dios. Las adversidades que encontramos por nuestra fe y nuestra adhesión al Evangelio son ocasiones de testimonio; no deben alejarnos del Señor, sino impulsarnos a abandonarnos aún más a Él, a la fuerza de su Espíritu y de su gracia.

En este momento pienso, y pensamos todos. Hagámoslo juntos: pensemos en los muchos hermanos y hermanas cristianos que sufren persecuciones a causa de su fe. Son muchos. Tal vez muchos más que en los primeros siglos.

Jesús está con ellos. También nosotros estamos unidos a ellos con nuestra oración y nuestro afecto; tenemos admiración por su valentía y su testimonio. Son nuestros hermanos y hermanas, que en muchas partes del mundo sufren a causa de ser fieles a Jesucristo. Les saludamos de corazón y con afecto.

Al final, Jesús hace una promesa que es garantía de victoria: «Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas» (v. 19).

¡Cuánta esperanza en estas palabras! Son una llamada a la esperanza y a la paciencia, a saber esperar los frutos seguros de la salvación, confiando en el sentido profundo de la vida y de la historia: las pruebas y las dificultades forman parte de un designio más grande; el Señor, dueño de la historia, conduce todo a su realización.

A pesar de los desórdenes y los desastres que agitan el mundo, el designio de bondad y de misericordia de Dios se cumplirá. Y ésta es nuestra esperanza: andar así, por este camino, en el designio de Dios que se realizará. Es nuestra esperanza.

Este mensaje de Jesús nos hace reflexionar sobre nuestro presente y nos da la fuerza para afrontarlo con valentía y esperanza, en compañía de la Virgen, que siempre camina con nosotros.

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