El 13 de mayo se consagrarán el pontificado de Francisco y la JMJ a la Virgen de Fátima

May 13, 2013

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El 13 de mayo en Fátima el pontificado del papa Francisco y la Jornada Mundial de la Juventud que se realizará en Río en julio de este año, serán consagrados a la Virgen María.

La primera consagración ha sido solicitada dos veces en Roma por el papa Francisco al patriarca de Lisboa José Policarpo y la segunda, la realizará el arzobispo de la ciudad de Río de Janeiro, Orani Tempesta, que le confiará a María los cientos de miles de jóvenes que participarán en la JMJ.

No tengáis miedo

No tengáis miedo

(Zenit/InfoCatólica)


Sobre el significado estas dos consagraciones, que impresionan por su magnitud, ZENIT le preguntó al rector del santuario de Fátima, el padre Carlos Cabecinhas en la entrevista que aquí les proponemos.

¿Cuál es el sentido de una consagración? ¿Por qué consagrar el papado y la JMJ a Nuestra Señora de Fátima?

La idea de la consagración del actual pontificado surgió en respuesta del pedido que el propio papa Francisco le expresó al cardenal patriarca de Lisboa, José Policarpo, para que de regreso a Portugal después del cónclave en el que participó, consagrara su pontificado a nuestra Señora de Fátima.

Así el cardenal patriarca les propuso a los obispos portugueses que esta consagración se hiciera el día 13 de mayo. Los obispos portugueses decidieron en asamblea plenaria realizada en abril que la consagración sea hecha por el presidente de la Conferencia Episcopal Portuguesa, el cardenal Policarpo.

El Santuario de Fátima recibió la noticia de la decisión con gran alegría. Este acto de consagración realizado en Fátima significa también una responsabilidad para el santuario, que manifiesta la propia importancia eclesial en la devoción a Nuestra Señora.

Consagrar a Nuestra Señora el ministerio del pontífice significa confiarle a María el papa Francisco, para que Ella lo ayude, lo proteja y guíe; para que Ella sea su ejemplo: en la entrega a Dios, en escuchar con atención su Palabra, de disponibilidad a Su voluntad, de docilidad al Espíritu Santo y de oración.

¿Los fieles en todo el mundo pueden participar en esta consagración y consagrarse también?

La consagración será realizada el día 13, al concluir la Eucaristía Internacional, en que evocaremos los 96 años de la primera aparición de Nuestra Señora en Fátima. El acto de consagración se realizará en el altar del Recinto de Oración, delante de la imagen de Nuestra Señora de Fátima.

Nuestros Obispos nos invitan a asociarnos a ellos en este momento: «Todo el pueblo de Dios está invitado a adherirse, en oración, a esta consagración del servicio pastoral del papa Francisco», dijeron. Aceptar esta invitación es imitar a Lucía, Francisco y Jacinta que, después de las apariciones, tuvieron siempre una preocupación especial de rezar por el Santo Padre. Esta unión con el papa, se expresa sobre todo en la oración, es una dimensión constitutiva del propio Mensaje de Fátima.

Hemos recibido mensajes que nos llegaron desde todo el mundo, de pastores, fieles y comunidades, que nos indican que el 13 de mayo estarán unidos fraternalmente al Santuario de Fátima en la oración por el Papa.

Hasta ahora más de 80 grupos de peregrinos venidos de 27 países ya anunciaron la intención de estar el 13 de mayo en Fátima, un número que aumenta constantemente.

Seremos por lo tanto muchos aquí en Fátima y muchos otros afuera de Fátima, todos unidos espiritualmente al Santuario en este momento de consagración en que, con los pastorcitos de Fátima y en unión con los obispos, el papa Francisco será puesto bajo la protección materna de Nuestra Señora.

¿Cuál es el mensaje de Fátima para el mundo actual tal como está, es de esperanza o de amenaza?

El Santuario de Fátima dedica este año pastoral 2012-2013 a la aparición del 13 de junio de 1917. El lema que hemos escogido este año es: «No tengáis miedo» que se basa en la promesa de Nuestra Señora a la vidente Lucía, en la segunda aparición: «Mi Inmaculado Corazón será tu refugio y el camino que te conducirá hasta Dios». Buscando motivar la confianza, se optó por la formulación sintética «No tengáis miedo», exhortación presente en la Biblia unas 365 veces, de esta forma o con expresiones similares.

La vivencia de la fe es la exhortación que Dios hace continuamente a los creyentes. La confianza brota, por eso como dimensión fundamental de la fe. Tener fe es confiar en Dios. Quien cree, no sólo confía en aquel en quien cree, sino que cree porque confía. Y esta confianza nace del encuentro con Cristo; al encontrar a Cristo por medio de Maria.

Esta exhortación a no temer, a confiar, está presente desde el inicio de los acontecimientos de Fátima. Así en 1916, en la primera aparición del ángel a los pastorcitos, el mensajero celeste les dijo: «¡No temáis! Soy el Ángel de la Paz». Y en la primera aparición de Nuestra Señora, en mayo de 1917, ella comienza tranquilizándolos, diciendo: «No tengáis miedo».

En la de junio, este «no teman» viene expresado en una invitación a la esperanza y a la confianza: «No se desanimen. Yo nunca les dejaré. Mi Inmaculado Corazón será el refugio y el camino que les conducirá hasta Dios». Como se ve, el mensaje de Fátima sólo puede ser de esperanza.

¿Qué puede hacer María por sus hijos? ¿Quién puede considerarse hijo de esa Santa madre?

Tomo aquí el ejemplo del papa Francisco para mostrar la importancia de María para la Iglesia y el mundo. En su primer saludo el 13 de marzo, en el balcón central de la Basílica de San Pedro, el papa invitó a la oración por su antecesor, Benedicto XVI, para que «Nuestra Señora lo proteja».

En la despedida de los fieles que llenaban la plaza situada en el Vaticano, anunció que el día siguiente iría a la basílica de Santa María la Mayor a rezar «a los pies de Nuestra Señora». Y de hecho al día siguiente el recién elegido papa se desplazó a la dicha basílica en una visita privada, para rezar delante de la imagen de Nuestra Señora allí venerada.

Los ritos litúrgicos para el inicio del ministerio papal prevén una breve celebración en aquella basílica romana, de veneración del cuadro de Santa Maria Salus Populi Romani, una vez que María es la más perfecta imagen y modelo para la Iglesia.

Esa breve celebración pretende subrayar la dimensión mariana del ministerio petrino. Sin embargo, el desplazamiento a Santa Maria Mayor, tuvo carácter privado y manifestó la devoción personal del papa a nuestra Señora. En el discurso a los cardenales, el día siguiente, el santo padre dejó bien evidente la razón que lo movió: «A la poderosa intercesión de María, nuestra Madre, Madre de la Iglesia, confío mi ministerio y el vuestro.

Bajo su mirada materna, pueda cada uno de nosotros caminar, feliz y dócil, a la voz de su divino Hijo…». Esto muestra bien, a través del testimonio del papa, la fuerza de la intercesión de María, a quien nos debemos confiar sin miedo.

¿La presencia del arzobispo de Río de Janeiro, Don Orani Tempesta, el día 13 de Mayo, es simbólica? ¿Es una forma de llevar a los jóvenes de todo el mundo a los pies de Nuestra Señora? ¿Cuál es su consejo para los jóvenes que se preparan para la JMJ? Cómo vivir ese momento al lado de María?

El arzobispo de Río de Janeiro, Orani Tempesta, estará en Fátima para presidir la peregrinación de este aniversario, invitado por el obispo de Leiria-Fátima, António Marto responsable de invitar cada año a un prelado para que encabece el evento.

En una entrevista a la Sala de Prensa del Santuario de Fátima, D. Orani Tempesta manifestó públicamente su alegría de poder venir a Cova de Iría y anunció la intención de confiar a Nuestra Señora de Fátima la Jornada Mundial de la Juventud, que se realizará en junio en Río de Janeiro. Es interesante colocar en el regazo de María, al papa y a los jóvenes, lo que significa la Iglesia y el mundo, puesto que los jóvenes son el presente y futuro del mundo.

Para el Santuario de Fátima este gesto de consagrar la Jornada Mundial de la Juventud a Nuestra Señora es otro motivo de alegría, por la importancia que tendrá, en especial para los millones de jóvenes que de todo el Mundo irán a Brasil para participar del evento.

¿Qué siente usted en su corazón al ser rector del santuario de Fátima, portador de uno de los mayores mensajes marianos de todos los tiempos?

 Siento sobre todo, la enorme responsabilidad de la misión que la Iglesia me ha confiado y de ser fiel al mensaje que Nuestra Señora aquí reveló, pero también la enorme alegría de ser heraldo de ese mismo mensaje en estos tiempos difíciles que vivimos.

¿Cuál es la relación existente entre Río y Fátima?

En Brasil, además de muchos santuarios y lugares relacionados con la devoción a Nuestra Señora de Fátima, la Archidiócesis de Río de Janeiro tiene un santuario reciente que es prácticamente una réplica de la Capilla de las Apariciones de Fátima.

La devoción a nuestra Señora de Fátima en la Archidiócesis de Río de Janeiro ha ido creciendo y lo mismo sucedió en todo Brasil, donde desde siempre existió una gran devoción mariana y en concreto a Nuestra Señora de Fátima, mucho por fuerza de los emigrantes portugueses y de los viajes de la Virgen Peregrina de Fátima en Brasil.

Brasil actualmente está entre los países que más presencia de peregrinos cuenta en el Santuario de Fátima; son cada vez más los grupos y cada vez mayor el número de peregrinos.

Además de eso, es también uno de los países que posee el mayor número de «peregrinos espirituales». Muchos devotos de Nuestra Señora de Fátima en Brasil nunca tendrán oportunidad de venir ni siquiera una vez, pero mantienen esta conexión muy intensa con Fátima, sea a través de los medios de comunicación, sea gracias a la página oficial del santuario en internet o también a través de las redes sociales como Facebook

La devoción es vivida también localmente, a través de los diversos santuarios, congregaciones y parroquias que en Brasil están dedicadas a nuestra Señora de Fátima.


Maná y Vivencias Pascuales (44)

May 13, 2013

¿Y dejas, Pastor santo, tu grey en este valle hondo, oscuro, en soledad y llanto?

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Lunes de la 7ª semana de Pascua

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DENARIO DEL ESPÍRITU SANTO

QUINTO DÍA

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Textos bíblico-litúrgicos.- Entrada: Hch 1, 8; 1era lectura: Hch 19, 1-8; Salmo: 67, 2-7; Aleluya: Col 3, 1; Evangelio: Jn 16, 29-33; Comunión: 14, 18; 16, 22.

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ANTÍFONA DE ENTRADA.- Cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes, recibirán fuerza para ser mis testigos en Jerusalén y hasta los confines del mundo. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA

Derrama, Señor, sobre nosotros la fuerza del Espíritu Santo, para que podamos cumplir fielmente tu voluntad y demos testimonio de ti con nuestras obras. Por nuestro Señor.

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PRIMERA LECTURA, Hch 19, 1-8

En aquellos días, mientras Apolo estaba en Corinto, Pablo llegó afeso atravesando las regiones altas. Encontró allí a unos discípulos y les preguntó: ¿Recibieron el Espíritu Santo cuando abrazaron la fe? Le contestaron: Ni siquiera hemos oído hablar de un Espíritu Santo. Pablo les replicó: Entonces, ¿qué bautismo han recibido? Respondieron: El bautismo de Juan.

Pablo les explicó: Si bien Juan bautizaba con miras a un cambio de vida, pedía al pueblo que creyeran en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús. Al oír esto se hicieron bautizar en el nombre del Señor Jesús, y al imponerles Pablo las manos, el Espíritu Santo bajó sobre ellos y empezaron a hablar lenguas y a profetizar. Eran unos doce hombres.

Pablo fue a la sinagoga y durante tres meses habló en público del Reino de Dios, tratando de persuadirlos.

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SALMO 67, 2-7

Se levanta Dios, y se dispersan sus enemigos, huyen de su presencia los que lo odian; como el humo se disipa, se disipan ellos; como se derrite la cera ante el fuego, así perecen los impíos ante Dios.

En cambio, los justos se alegran, gozan en la presencia de Dios, rebozando de alegría. Cantad a Dios, tocad en su honor; su nombre es el Señor.

Padre de huérfanos, protector de viudas, Dios vive en su santa morada. Dios prepara casa a los desvalidos, libera a los cautivos y los enriquece.

ACLAMACIÓN, Col 3, 1.- Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios.

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EVANGELIO, Jn 16, 29-33

En aquel tiempo, dijeron los discípulos a Jesús: Ahora sí que hablas con claridad, sin usar parábolas. Ahora vemos que lo sabes todo y no hay por qué hacerte preguntas. Ahora creemos que saliste de Dios.

Jesús les respondió: ¿Ustedes dicen que creen? Está llegando la hora, y ya ha llegado, en que se dispersarán cada uno por su lado y me dejarán solo. Aunque no estoy solo, pues el Padre está conmigo.

Les he hablado de estas cosas para que tengan paz en mí. Ustedes encontrarán la persecución en el mundo. Pero, ánimo, yo he vencido al mundo.

COMUNIÓN, Jn 14, 18; 16, 22.- No los dejaré desamparados, volveré, dice el Señor, y se alegrarán sus corazones. Aleluya.

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DECENARIO AL ESPÍRITU SANTO

ORACIÓN PREPARATORIA

Oh Dios que, por el misterio de Pentecostés, santificas a tu Iglesia, extendida por todas las naciones, derrama los dones de tu Espíritu sobre todos los confines de la tierra y no dejes de realizar hoy, en el corazón de tus fieles, aquellas mismas maravillas que obraste en los comienzos de la predicación evangélica.- Por Jesucristo nuestro Señor.

DÍA QUINTO

Los cristianos llevamos los grandes tesoros de la gracia en vasos de barro. Dios ha confiado sus dones a la frágil y débil libertad humana y, aunque la fuerza del Señor ciertamente nos asiste, nuestra concupiscencia, nuestra comodidad y nuestro orgullo la rechazan a veces y nos llevan a caer en pecado.

Lo más importante en la Iglesia no es ver cómo respondemos a los hombres, sino ver lo que hace Dios. La Iglesia es eso: Cristo presente entre nosotros. Es decir, Dios que viene hacia la humanidad para salvarla, llamándonos con su revelación, santificándonos con su gracia, sosteniéndonos con su ayuda constante, en los pequeños y en los grandes combates de la vida diaria.

Señor Jesús, que, glorificado por la diestra de Dios, derramaste sobre tus discípulos el Espíritu, derrama este mismo Espíritu sobre todos los hombres para que puedan forjar un mundo nuevo.

ORACIÓN FINAL

Ven, Espíritu Santo, llena nuestros corazones y enciéndelos con el fuego de tu amor. Envía tu Espíritu y serán creados; y renovarás la faz de la tierra.

Quema, Señor, con el fuego del Espíritu Santo nuestras entrañas y nuestro corazón, para que te sirvamos con cuerpo limpio; y con un corazón puro te agrademos.

Te pedimos, Señor, que inspires nuestras acciones, las prevengas y las acompañes con tu auxilio, para que todos nuestros deseos, pensamientos y trabajos comiencen siempre en ti, como en su fuente, y tiendan siempre a ti, como a su fin.

Por Jesucristo nuestro Señor.- Amén.

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De los sermones de san Agustín, obispo

Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo

Nuestro Señor Jesucristo ascendió al cielo tal día como hoy; que nuestro corazón as­cienda también con él.

Escuchemos al Apóstol: Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra. Y así como él ascendió sin alejarse de nosotros, nosotros estamos ya allí con él, aun cuando todavía no se haya realizado en nuestro cuerpo lo que nos ha sido prometido.

Él fue ya exaltado sobre los cielos; pero sigue padeciendo en la tierra todos los traba­jos que nosotros, que somos sus miembros, experimentamos. De lo que dio testimonio cuando exclamó: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Así como: tuve hambre, y me disteis de comer.

¿Por qué no vamos a esforzarnos sobre la tierra, de modo que gracias a la fe, la espe­ranza y la caridad, con las que nos unimos con él, descansemos ya con él en los cielos? Mientras él está allí, sigue estando con nos­otros; y nosotros, mientras estamos aquí, podemos estar ya con él allí. Él realiza aquello con su divinidad, su poder y su amor; noso­tros, en cambio, aunque no podemos llevarlo a cabo como él con la divinidad, sí que pode­mos por el amor hacia él.

No se alejó del cielo, cuando descendió hasta nosotros; ni de nosotros, cuando regresó hasta él. Él mismo es quien asegura que estaba allí mientras estaba aquí: nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre que está en el cielo.

Esto lo dice en razón de la unidad, ya que es nues­tra cabeza, y nosotros su cuerpo. Y nadie, excepto él, podría decirlo, ya que nosotros estamos identificados con él, en virtud de que él, por nuestra causa, se hizo Hijo del hombre, y nosotros, por él, hemos sido hechos hijos de Dios.

En este sentido dice el Apóstol: Lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo. No dice: «Así es Cristo», sino: Así es también Cristo. Por tanto, Cristo es un solo cuerpo formado por muchos miembros.

Bajó, pues, del cielo por su misericordia, pero ya no subió él solo, puesto que nosotros subimos también en él por la gracia. Así, pues, Cristo descendió él solo, pero ya no ascendió él solo; no es que queramos confundir la dignidad de la cabeza con la del cuerpo, pero sí afirmamos que la unidad de todo el cuerpo pide que éste no sea separado de su cabeza (Sermón Mai 98, sobre la Ascensión del Señor, 1-2: PLS 2, 494-495).

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