Por qué votar por Europa: la Eurocámara, institución clave

junio 7, 2024

.

Debemos votar con la mirada puesta en la mejor Unión Europea posible, debemos votar conscientemente para hacer Europa.

.

POR Mari Ángeles Muñoz – Directora de la Escuela de Gobierno y Liderazgo de la Universidad Francisco de Vitoria – 6 de Junio de 2024

Los ciudadanos de los 27 países de la Unión Europea se embarcarán entre este 6 y el 9 de junio en un nuevo proceso de toma de decisión sobre qué Parlamento Europeo tendremos los próximos cinco años.

El voto al Parlamento Europeo es una acción no menor, es el único mecanismo de participación directa que los ciudadanos de la Unión tienen en su mano para influir, posicionarse o dibujar la configuración de un órgano político que sí pesa en la política europea.

En España votaremos el próximo 9 de junio para elegir a 61 representantes de los 720 miembros del nuevo Europarlamento.

Los españoles debemos tomar conciencia de que se votará el siguiente presupuesto de la Unión, elegirá quién preside la Comisión Europea y determinará las prioridades estratégicas en función de las cuales la Comisión Europea implementará sus políticas y regirá una economía de casi 450 millones de personas.

Con menor peso político que la Comisión o los Gobiernos nacionales, el Parlamento Europeo es la voz de los ciudadanos de los Veintisiete en la arquitectura política de la UE y permite una política auténticamente democrática en un momento de auge de las corrientes euroescépticas.

En el 60 aniversario de la publicación de Pour l’Europe apelamos a Robert Schuman, padre y fundador de la Unión Europea, quien señaló el Parlamento Europeo como el escenario de codecisión de la ciudadanía para hacer equilibrio con los Gobiernos nacionales, el lugar donde se debían someter a votación directa todas aquellas políticas esenciales y las que afectaran especialmente a la soberanía nacional o a la moral de los pueblos europeos, para lograr en el marco del mundo globalizado una Europa integrada fuerte, ágil, útil y eficaz al servicio de la paz, la cooperación internacional y la generación de un equilibrio internacional entre Estados Unidos y las potencias asiáticas, desde China a la India. 

Sin embargo, la realidad europea se aleja en este momento de esta visión. La campaña de estas elecciones de 2024 ha mostrado signos de una creciente polarización, auspiciada por campañas particulares como ha sucedido en España.

También se da el fenómeno del auge en Europa de partidos euroescépticos como Identidad y Democracia y Conservadores y Reformistas Europeos. No es inviable que solo estas dos formaciones puedan consolidar una cuarta parte del total de los escaños del Parlamento. Dicho cambio dificultaría el proceso legislativo hasta llevarlo a una situación de parálisis.

Países como la República Checa, Finlandia, Italia o Suecia ya tienen mayoría de corrientes euroescépticas. El resultado va a ser la configuración de un espacio más fragmentado en el cual el resultado de las votaciones va a dificultar la generación de acuerdos en aspectos cruciales.

Más allá del cambio del reparto de escaños en la Eurocámara, en el que en todo caso los principales grupos favorables a la Unión que se sitúan alrededor del centro político —el centro derecha, el centro izquierda, los Verdes y los liberales— mantendrían una mayoría menor que en la legislatura saliente, el foco está en la preparálisis europea a la que nos vemos abocados.

La Unión Europea puede ralentizar el proceso de toma de decisión política y perder competitividad y protagonismo ante el auge de Estados Unidos, China o Japón. La UE se aleja de la «última oportunidad europea» para una nueva gobernanza de la globalización.

¿Qué nos ha traído aquí?

La irrupción de la ideología en el marco europeo y el parcial abandono del sentido comunitario han permitido que los nuevos ismos se instalen en una Unión Europea que se aleja de su propósito original.

La generación de legislación contraria a los valores fundacionales, como pudiera ser el reciente intento de inclusión del derecho al aborto en la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE, logra un efecto antítesis: sucede que los valores intrínsecos a la dignidad humana que fundaron la Unión pueden estar siendo aislados, incluso excluidos políticamente con serias implicaciones.

Si perdemos el sentido de qué es ser europeo, nos alejamos de nuestra potencialidad. Y, en paralelo, crecen corrientes contrarias a Europa y tendencias excluyentes que Schuman ya anticipó que regresarían si no construíamos un marco democrático reformado y avanzado.

En este cambio de creciente ideologización, la reacción de algunos países es de repliegue y de irrupción de un nuevo proteccionismo; véanse países como Polonia o Hungría y otros como Francia o Italia.

Ante la fragilidad, es necesario participar y ejercer el derecho al voto desde un sentido de responsabilidad ciudadana.

Debemos hacer presente un modo de entender la Unión Europea como proyecto para responder en los próximos cinco años a cuestiones urgentes: el avance de la ampliación a países del Este y la profundización en la integración política; la influencia en la resolución de la guerra entre Rusia y Ucrania y la reconstrucción, con su impacto en el presupuesto; la generación de políticas de una unidad sin imposición ideológica; la aprobación de presupuestos que atiendan al impacto en todos los ciudadanos, especialmente en los grupos vulnerables; el cuidado del entorno desde una ecología integral imprescindible. 

La defensa de los derechos fundamentales en el seno de la UE y fuera de nuestras fronteras es un imperativo de acción en política de seguridad y defensa, en la lucha contra las mafias y quienes vulneran el espacio de libertad y justicia, en la defensa de las libertades, pilar de la UE, y también de la libertad religiosa en el mundo.

Todo ello se trabajará en el marco del Parlamento Europeo. Debemos votar con la mirada puesta en la mejor Unión Europea posible, debemos votar conscientemente para hacer Europa.


El maná de cada día, 7.6.24

junio 7, 2024

El Sagrado Corazón de Jesús, Solemnidad – Ciclo B

Jornada mundial de oración por la santificación de los ministros ordenados

El que tenga sed, que venga a mí
El que tenga sed, que venga a mí

Antífona de entrada: Sal 32, 11. 19

Los proyectos del corazón del Señor subsisten de edad en edad, para librar las vidas de sus fieles de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre.

Oración colecta

Dios todopoderoso, al celebrar hoy la solemnidad del Corazón de tu Hijo unigénito, recordamos los beneficios de su amor para con nosotros; concédenos recibir de esta fuente divina una inagotable abundancia de gracia. Por nuestro Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA: Oseas 11, 1b. 3-4. 8c-9

Así dice el Señor: «Cuando Israel era joven, lo amé, desde Egipto llamé a mi hijo. Yo enseñe a andar a Efraín lo alzaba en brazos; y él comprendía que yo lo curaba.

Con cuerdas humanas, con correas de amor lo atraía; era para ellos como el que levanta el yugo de la cerviz, me inclinaba y le daba de comer.

Se me revuelve el corazón, se me conmueven las entrañas. No cederé al ardor de mi cólera, no volveré a destruir a Efraín; que soy Dios, y no hombre; santo en medio de ti, y no enemigo a la puerta.»

SALMO: Is 12, 2-3. 4bcd. 5-6

Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación.

El Señor es mi Dios y Salvador: confiaré y no temeré, porque mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación. Y sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación.

Dad gracias al Señor, invocad su nombre, contad a los pueblos sus hazañas, proclamad que su nombre es excelso.

Tañed para el Señor, que hizo proezas, anunciadlas a toda la tierra; gritad jubilosos, habitantes de Sión: «Qué grande es en medio de ti el santo de Israel.»

SEGUNDA LECTURA: Efesios 3, 8-12. 14-19

Hermanos: A mí, el más insignificante de todos los santos, se me ha dado esta gracia: anunciar a los gentiles la riqueza insondable que es Cristo, y aclarar a todos la realización del misterio, escondido desde el principio de los siglos en Dios, creador de todo.

Así, mediante la Iglesia, los Principados y Potestades en los cielos conocen ahora la multiforme sabiduría de Dios, según el designio eterno, realizado en Cristo Jesús, Señor nuestro, por quien tenemos libre y confiado acceso a Dios, por la fe en él.

Por esta razón, doblo las rodillas ante el Padre, de quien toma nombre toda familia en el cielo y en la tierra, pidiéndole que, de los tesoros de su gloria, os conceda por medio de su Espíritu robusteceros en lo profundo de vuestro ser, que Cristo habite por la fe en vuestros corazones, que el amor sea vuestra raíz y vuestro cimiento; y así, con todos los santos, lograréis abarcar lo ancho, lo largo, lo alto y lo profundo, comprendiendo lo que trasciende toda filosofía: el amor cristiano.

Así llegaréis a vuestra plenitud, según la plenitud total de Dios.

ALELUYA: Mt 11, 29ab

Cargad con mi yugo y aprended de mí -dice el Señor-, que soy manso y humilde de corazón.

EVANGELIO: Juan 19, 31-37

En aquel tiempo, los judíos, como era el día de la Preparación, para que no se quedaran los cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día solemne, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran.

Fueron los soldados, le quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua.

El que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero, y él sabe que dice verdad, para que también vosotros creáis. Esto ocurrió para que se cumpliera la Escritura: «No le quebrarán un hueso»; y en otro lugar la Escritura dice: «Mirarán al que atravesaron.»

Antífona de comunión: Jn 7, 37-38

Dice el Señor: El que tenga sed, que venga a mí; el que cree en mí, que beba. De sus entrañas, manarán torrentes de agua viva.

El Corazón del Verbo encarnado: número 478 del Catecismo

Jesús, durante su vida, su agonía y su pasión nos ha conocido y amado a todos y a cada uno de nosotros y se ha entregado por cada uno de nosotros: «El Hijo de Dios me amó y se entregó a sí mismo por mí» (Ga 2, 20). Nos ha amado a todos con un corazón humano. Por esta razón, el sagrado Corazón de Jesús, traspasado por nuestros pecados y para nuestra salvación (cf Jn 19, 34), «es considerado como el principal indicador y símbolo… del amor con que el divino Redentor ama continuamente al eterno Padre y a todos los hombres» (Pío XII, enc. «Haurietis aqueas»: DS 3924; cf DS 3812. Nº 478 CIC).


.

CERCANÍA Y TERNURA

Homilía del Papa Francisco en la Casa Santa Marta. Viernes 7 de junio de 2013

La «ciencia de la caricia» manifiesta dos pilares del amor: la cercanía y la ternura. Y «Jesús conoce bien esta ciencia». Fue la afirmación del Papa Francisco al celebrar el 7 de junio la misa de la solemnidad del Sacratísimo Corazón de Jesús.

Refiriéndose a las lecturas del día tomadas del libro del profeta Ezequiel (34, 11-16), de la carta de san Pablo a los Romanos (5, 5-11) y del Evangelio de Lucas (15, 3-7), el Pontífice definió la solemnidad del Sagrado Corazón como la «fiesta del amor»: Jesús «quiso mostrarnos su corazón como el corazón que tanto amó. Pienso en lo que nos decía san Ignacio» —apuntó—; «nos indicó dos criterios sobre el amor. Primero: el amor se manifiesta más en las obras que en las palabras. Segundo: el amor está más en dar que en recibir».

El amor de Dios se muestra en la figura del pastor, recordó el Papa, subrayando que Jesús nos dice: «Yo conozco a mis ovejas». «Es conocer una por una, con su nombre. Así nos conoce Dios: no nos conoce en grupo, sino uno a uno. Porque el amor no es un amor abstracto, o general para todos; es un amor por cada uno. Y así nos ama Dios», afirmó. Y todo esto se traduce en cercanía.

Dios «se hace cercano por amor —añadió— y camina con su pueblo. Y este caminar llega a un punto inimaginable: jamás se podría pensar que el Señor mismo se hace uno de nosotros y camina con nosotros, y permanece con nosotros, permanece en su Iglesia, se queda en la Eucaristía, se queda en su Palabra, se queda en los pobres y se queda con nosotros caminando. Esta es la cercanía. El pastor cercano a su rebaño, a sus ovejas, a las que conoce una por una».

Reflexionando sobre la otra actitud del amor de Dios, el Pontífice recalcó que de ella habla «el profeta Ezequiel, pero también el Evangelio: Iré en busca de la oveja perdida y conduciré al ovil a la extraviada; vendaré a la herida; fortaleceré a la enferma; a la que esté fuerte y robusta la guardaré; la apacentaré con justicia.

El Señor nos ama con ternura. El Señor sabe la bella ciencia de las caricias. La ternura de Dios: no nos ama de palabra; Él se aproxima y estándonos cerca nos da su amor con toda la ternura posible».

Cercanía y ternura son «las dos maneras del amor del Señor, que se hace cercano y da todo su amor también en las cosas más pequeñas con ternura». Sin embargo se trata de un «amor fuerte», «porque cercanía y ternura nos hacen ver la fuerza del amor de Dios».

Y aunque «pueda parecer una herejía, ¡más difícil que amar a Dios es dejarse amar por Él!», constató el Papa, explicando el «modo de restituir a Él tanto amor: abrir el corazón y dejarse amar».

http://www.vatican.va

Corazón fuerte de Cristo, ruega por nosotros

Quisiste conocer íntimamente nuestros límites y debilidades. Abrazaste todo lo nuestro, menos el pecado, cuando abrazaste, en el seno purísimo de María, nuestra naturaleza humana, tan frágil y miserable.

Quisiste vivir en la debilidad de nuestra carne para hacerla fuerte y digna de ser morada y templo de tu gloria. Amaste hasta el extremo nuestra pequeñez y te entregaste en la Cruz por ella, sólo porque querías levantar nuestro corazón caído en los brazos de tu infinita misericordia, hasta el rostro del Padre.

Corazón fuerte de Cristo, que aceptaste con el silencio del amor tantas incomprensiones, burlas, fracasos, abandonos y soledades. Tú, que tanto te consolaste en la fortaleza de tu Madre, que tanto apoyo buscabas en los que sabías que te podían traicionar o abandonar, quieres ser para mí fuerza y roca de mi vida. He de aprender a encontrar en Ti, en la fuerza de tu Cruz, el ánimo y la fortaleza para ofrecer a Dios y abandonar en su providencia tantos sinsabores, sufrimientos y penas, que llenan mi día a día.

Cuántos momentos de debilidad, de desánimo, de fracaso interior, de desesperanza, de sinsentido, que inutilizan y ahogan mi entrega diaria a Dios y que, sin embargo, Tú ya abrazaste allí, en lo alto de la Cruz. Mi única fuerza ha de ser sólo ese Corazón de Cristo, tan enamorado de mi debilidad y tan omnipotente para transformar todo ese polvo y barro de pecado que tanto me humilla.

No quieras apoyarte sólo en la autosuficiencia de tus propios méritos y esfuerzos; tampoco pienses que otros pueden asegurarte el ánimo y la fortaleza que necesitas para la vida. Sólo con la fuerza de Dios tienes asegurada la victoria más difícil, ante ese enemigo tan sutil que es la aceptación de uno mismo.

http://www.mater-dei.es