Novena de Navidad 2021 – Día 4. 19 de diciembre

diciembre 19, 2021

Novena de Navidad al Divino Niño de Belén

1.- Oración para comenzar

Benignísimo Dios de infinita caridad que nos has amado tanto y que nos diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que, encarnado y hecho nuestro hermano en las entrañas de la Virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; te damos gracias por  tan inmenso beneficio.

En retorno, te ofrecemos, Señor, el esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo y nuestro, un mundo más justo, más fiel al gran mandamiento de amarnos como hermanos.

Concédenos, Señor, tu ayuda para poderlo realizar. Te pedimos que esta Navidad, fiesta de paz y alegría, sea para nuestra comunidad y nuestra familia un estímulo, a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos más y más los caminos de la verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén.

Padre Nuestro

2.- Oración para la familia

Señor, haz de nuestro hogar un sitio de tu amor. Que no haya injuria porque Tú nos das comprensión. Que no haya amargura porque Tú nos bendices. Que no haya egoísmo porque Tú nos alientas. Que no haya rencor porque Tú nos das el perdón. Que no haya abandono porque Tú estás con nosotros.

Que sepamos marchar hacia ti en tu diario vivir. Que cada mañana amanezca un día más de entrega y sacrificio. Que cada noche nos encuentre con más amor. Haz, Señor, con nuestras vidas, que quisiste unir, una página llena de ti.

Haz, Señor, de nuestros hijos lo que anhelas; ayúdanos a educarlos y orientarlos por tu camino. Que nos esforcemos en el apoyo mutuo. Que hagamos del amor un motivo para amarte más. Que cuando amanezca el gran día de ir a tu encuentro nos concedas el hallarnos unidos para siempre en ti. Amén.

3.- Oración a la Virgen

Soberana María, te pedimos por todas las familias de nuestro país; haz que cada hogar de nuestra patria y del mundo sea fuente de comprensión, de ternura, de verdadera vida familiar.

Que estas fiestas de navidad, que nos reúnen alrededor del pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el amor, nos hagan olvidar las ofensas y nos den sencillez para reconocer los errores que hayamos cometido.

Madre de Dios y Madre nuestra, intercede por nosotros. Amén.

4.- Oración a San José

Santísimo San José, esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú fuiste escogido para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret.

Ayuda a los padres de familia: que ellos sean siempre en su hogar imagen del padre celestial, según tu ejemplo; que cumplan cabalmente la gran responsabilidad de educar y formar a sus hijos, entregándoles con un esfuerzo continuo, lo mejor de sí mismos.

Ayuda a los hijos a entender y apreciar el abnegado esfuerzo de sus padres. San José, modelo de esposos y padres, intercede por nosotros. Amén.

Padre Nuestro

5.- Meditación del día cuarto

El día cuarto está dedicado a la  SINCERIDAD.

Una cualidad sin la cual el amor no puede subsistir, ya que no hay amor donde hay mentira. Amar es andar en la verdad, en la transparencia: sin máscaras, sin el peso de la hipocresía, y con la fuerza de la integridad.

Sólo en la verdad somos libres como lo anunció Jesucristo: La verdad lo hará libres, Juan 8, 32. Sólo sobre la roca firme de la verdad puede sostenerse una relación interpersonal en las crisis y los problemas.

Con la sinceridad nos ganamos la confianza y con la confianza llegamos al entendimiento y la unidad. El amor nos enseña a no actuar como los egoístas y los soberbios que creen que su verdad es la Verdad.

Si la Navidad nos acerca a la verdad es una buena Navidad: es una fiesta en la que acogemos a Jesús como luz verdadera que viene a este mundo: Juan 1, 9. Luz verdadera que nos aleja de las tinieblas y de la confusión. Y de manera positiva, nos mueve a aceptar a Dios como Camino, Verdad y Vida.

Ojalá nuestro amor esté siempre iluminado por la verdad, de modo que esté también favorecido por la confianza.

6.- Oración al niño Dios

Señor, Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros, es la presencia de tu amor en nuestra familia y en nuestra sociedad. Navidad es certeza de que el Dios del cielo y de la tierra es nuestro Padre, y que tú, Divino Niño, eres nuestro Hermano.

Que nuestra oración delante de tu pesebre nos aumente la fe en tu bondad, nos comprometa a vivir verdaderamente como hermanos, nos dé valor para matar el odio y sembrar la justicia y la paz. Oh Divino Niño, enséñanos a comprender que donde hay amor y justicia, allí estas tú y allí también es Navidad. Amén.

Gloria al Padre

7.- Gozos

Dulce Jesús mío, mi Niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!

– Oh Sabiduría suma del Dios soberano, que a nivel de un niño te hayas rebajado. Oh Divino infante, ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!

– Niño del pesebre, nuestro Dios y Hermano, Tú sabes y entiendes del dolor humano; que cuando suframos dolores y angustias, siempre recordemos que nos has salvado.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!

– Oh lumbre de oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu esplendor veamos, Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!

– Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, Pastor del rebaño. Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero manso.

Dulce Jesús, mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!

– Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo. Ven hermoso niño, ven Dios humanado; luce hermosa estrella, brota flor del campo.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!

– Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano. Vivan los hogares aquí congregados, el gran compromiso del amor cristiano.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!

– Del débil auxilio, del doliente amparo; consuelo del triste, luz del desterrado. Vida de mi vida, mi sueño adorado; mi constante amigo, mi divino hermano.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!

– Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas, bese ya tus manos. Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis súplicas te dice mi llanto.

Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!

– Haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tu amor y tu paz. Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos una más.

Dulce Jesús mío, mi Niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!

– Ven Salvador nuestro por quien suspiramos. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!

https://www.aciprensa.com/recursos/cuarto-dia-de-la-novena-de-navidad-1854


Andanada del Papa a los fundadores de nuevos carismas: «Nadie es dueño de los dones de la Iglesia, nadie debe sofocarlos»

diciembre 19, 2021
Kiko Argüello

Kiko Argüello

Denuncia «los casos de abusos de diversa índole que se han producido en estos grupos y que siempre tienen su origen en el abuso de poder»

“No pocas veces, la Santa Sede ha tenido que intervenir en los últimos años, iniciando difíciles procesos de rehabilitación”

«Construir el futuro no significa dejar el presente que estamos viviendo. Por el contrario, hay que preparar el futuro aquí y ahora, aprendiendo a escuchar y a discernir el tiempo presente con honestidad y valentía»

«La pertenencia a una asociación, a un movimiento o a una comunidad, sobre todo si se refieren a un carisma, no debe encerrarnos en un «barril de hierro», hacernos sentir seguros, como si no fuera necesario responder a los desafíos y a los cambios»

“Todos los cristianos estamos siempre en movimiento (…). Pensar que somos «nuevos» en la Iglesia, y que por tanto no necesitamos cambios, puede convertirse en una falsa seguridad. Incluso las novedades envejecen pronto”

Francisco alertó del “doble juego” que supone decir “con palabras que queremos servir a Dios y a los demás, pero en los hechos servimos a nuestro ego, y nos entregamos a nuestro deseo de aparentar, de obtener reconocimiento, aprecio…”

«No es fácil ser Papa, pero Dios ayuda. Dios siempre ayuda»

Lee el discurso íntegro del Papa (traducción oficial)

16.09.2021 Jesús Bastante

“Caemos en la trampa de la deslealtad cuando nos presentamos ante los demás como los únicos intérpretes del carisma, los únicos herederos de nuestra asociación o movimiento; o cuando, creyéndonos imprescindibles, hacemos todo lo posible por ocupar puestos de por vida; o también cuando pretendemos decidir a priori quién debe ser nuestro sucesorNadie es dueño de los dones recibidos para el bien de la Iglesia, nadie debe sofocarlos”. 

El Papa Francisco lanzó este mediodía una andanada contra los sectores inmovilistas de la Iglesia, personificados en fundadores e iniciadores de nuevos movimientos, que tratan de perpetuarse en el poder, en lugar de servir.

Durante un encuentro semipresencial con el dicasterio de los Laicos y algunos de los líderes de realidades eclesiales, Francisco advirtió de dos “obstáculos” de sus responsables: “el deseo de poder” y “la deslealtad”.

 Y es que, abundó el Pontífice, “el ejercicio de la gobernanza en el seno de las asociaciones y los movimientos es un tema que me interesa especialmente, sobre todo teniendo en cuenta los casos de abusos de diversa índole que se han producido en estos grupos y que siempre tienen su origen en el abuso de poder”.

“No pocas veces, la Santa Sede ha tenido que intervenir en los últimos años, iniciando difíciles procesos de rehabilitación”, admitió el Papa, quien señaló que “pienso no sólo en estas situaciones tan feas, que hacen mucho ruido, sino también en las enfermedades que provienen del debilitamiento del carisma fundacional, que se vuelve tibio y pierde su capacidad de atracción”.

Acompañar el sufrimiento

Bergoglio inició su discurso agradeciendo a todos los hombres y mujeres, que siguiendo sus carismas, y el Evangelio, acompañaron y acompañan el dolor de los más sufrientes, especialmente en este tiempo de pandemia.

Gracias por vuestra presencia como laicos y laicas, jóvenes y mayores, comprometidos en vivir y testimoniar el Evangelio en las realidades ordinarias de la vida, en vuestro trabajo, en tantos contextos diferentes”.

En estos meses, añadió, “habéis visto con vuestros propios ojos y tocado con vuestras propias manos el sufrimiento y la angustia de tantos hombres y mujeres a causa de la pandemia, especialmente en los países más pobres”.

Como miembros de asociaciones de fieles, movimientos eclesiales internacionales y otras comunidades, “tenéis una verdadera misión eclesial”, subrayó el Papa, especialmente “en aquellos que, estando en las periferias existenciales de nuestras sociedades, experimentan en su carne el abandono y la soledad, y sufren muchas necesidades materiales y pobreza moral y espiritual”.

“También sois, a pesar de vuestras limitaciones y pecados cotidianos, un claro signo de la vitalidad de la Iglesia: representáis una fuerza misionera y una presencia profética que nos da esperanza para el futuro. También tú, junto con los pastores y todos los demás fieles laicos, tienes la responsabilidad de construir el futuro del santo pueblo fiel de Dios”, indicó el Pontífice.

También advirtió que “construir el futuro no significa dejar el presente que estamos viviendo. Por el contrario, hay que preparar el futuro aquí y ahora, aprendiendo a escuchar y a discernir el tiempo presente con honestidad y valentía”.

Un «mundo paralelo»

De lo contrario, recalcó, “corres el riesgo de vivir en un «mundo paralelo», destilado, lejos de los verdaderos desafíos de la sociedad”.

Y es que, advirtió el Papa, ”la pertenencia a una asociación, a un movimiento o a una comunidad, sobre todo si se refieren a un carisma, no debe encerrarnos en un «barril de hierro», hacernos sentir seguros, como si no fuera necesario responder a los desafíos y a los cambios”.

“Todos los cristianos estamos siempre en movimiento (…). Pensar que somos «nuevos» en la Iglesia, y que por tanto no necesitamos cambios, puede convertirse en una falsa seguridad. Incluso las novedades envejecen pronto”, insistió.

Por ello, reclamó a los responsables de estas realidades “una gran docilidad y humildad”, y en esa línea se inscribe eDecreto sobre Asociaciones Internacionales de Fieles, promulgado el 11 de junio de este año.

Cambios y llamamiento a la conversión

En lo tocante al “deseo de poder”, Francisco recordó que “todas las realidades eclesiales están llamadas a la conversión”, por lo que “es beneficioso y necesario prever una rotación en los puestos de gobierno y una representación de todos los miembros en vuestras elecciones. Incluso en el contexto de la vida consagrada hay institutos religiosos que, al mantener a las mismas personas en los puestos de gobierno, no se han preparado para el futuro; han permitido que se produzcan abusos y ahora están pasando por grandes dificultades”.

Sobre la “deslealtad”, Francisco alertó del “doble juego” que supone decir “con palabras que queremos servir a Dios y a los demás, pero en los hechos servimos a nuestro ego, y nos entregamos a nuestro deseo de aparentar, de obtener reconocimiento, aprecio…”.

Finalmente, sobre los fundadores, Bergoglio pidió “distinguir, en los movimientos eclesiales (y también en las congregaciones religiosas), entre los que están en proceso de formación y los que ya han adquirido una cierta estabilidad orgánica y jurídica. Son dos realidades diferentes”.

“Somos miembros vivos de la Iglesia y para ello necesitamos confiar en el Espíritu Santo, que actúa en la vida de cada asociación, de cada miembro, actúa en cada uno de nosotros”, concluyó Francisco, en un discurso que dará que hablar, especialmente en el interior de esa Iglesia que lleva ocho años y medio ‘molesta’ (por decirlo suavemente).

No es fácil ser Papa, pero Dios ayuda. Dios siempre ayuda

Hubo coda final: «Gracias por escuchar. Y una cosa: cuando leí el borrador del Decreto, que luego firmé -el primer borrador-, pensé. «¡Pero esto es demasiado rígido! Le falta vida, le falta…». Pero querido, ¡ese es el lenguaje del Derecho Canónico! Y aquí es una cuestión de derecho, es una cuestión de lenguaje. Pero debemos, como he tratado de hacer, ver qué significa este lenguaje, la ley. Por eso quería explicarlo bien. Y también para explicar las tentaciones que hay detrás, que hemos visto y que tanto daño hacen a los movimientos y también a los institutos religiosos y laicos».

«Gracias por escuchar, y gracias al Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida por organizar este encuentro. Les deseo a todos un buen trabajo y una buena reunión. Di lo que te salga del corazón en esta reunión. Pregunta las cosas que quieres preguntar, aclara las situaciones. Esta es una reunión para hacer esto, para hacer Iglesia, para nosotros. Y no te olvides de rezar por mí, porque lo necesito. No es fácil ser Papa, pero Dios ayuda. Dios siempre ayuda».